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Archivos Mensuales: octubre 2014

La latinización de los Estados Unidos

El crecimiento de la comunidad latina en la principal potencia de Occidente es probablemente uno de los fenómenos demográfico y cultural más salientes de la época.

En la última década del siglo XX, la diáspora latinoamericana se convirtió en la mayor corriente migratoria llegada al país del norte. Con 54 millones de personas (17% de la población), la comunidad latina es hoy la minoría étnica que más rápido crece, y ya ha desplazado a la afroamericana.

Su gravitación se explica por la magnitud y frecuente ilegalidad del flujo migratorio. Al respecto, este año ha impactado sobremanera la ola sin precedentes de niños solos que cruzan la frontera procedentes de América Central.

La cuestión migratoria, que también tiene que ver con la deportación de indocumentados latinoamericanos, se ha convertido en un tema sensible de la política en Estados Unidos.

De hecho a regañadientes demócratas y republicanos buscan una fórmula para desactivar el problema migratorio, para no malquistarse con 25,2 millones de latinos tienen derecho al voto.

Al fin y al cabo, el actual presidente Barack Obama ha admitido que logró la reelección en 2012 en buena parte por el masivo respaldo (71%) de los votantes hispanos.

Pero hay otro factor que explica la mayor presencia latina en el país del norte: la tasa de fertilidad de las mujeres hispanas, superior a la de los no hispanos.

El dato es que se estima que en 2050, el 25% de los habitantes de Estados Unidos será hispano. Y en medios políticos se cree que quien será el primer presidente latino de ese país ya ha nacido.

La latinización, como no podía ser de otro modo, viene generando controversia. Están quienes saludan el fenómeno, destacando que enriquece a la sociedad estadounidense, que históricamente es multicultural y multiracial.

Sin embargo viene creciendo con fuerza una opinión contraria a la avalancha latina, entre los nativos blancos anglosajones. Quien ha hecho público este pensamiento es Samuel Huntington, el teórico del choque de civilizaciones.

En su libro “El Desafío Hispano”, este intelectual afirma que la inmigración latinoamericana amenaza con dividir a Estados Unidos en dos pueblos, dos culturas y dos lenguas distintas e incompatibles.

A diferencia de otras olas migratorias del pasado, Huntington sostiene que los latinoamericanos (en especial los mexicanos, que son mayoría) no se asimilan a la cultura estadounidense, amenazando así la identidad del país.

El elemento latinoamericano sería incompatible con el “credo americano”, que el economista Gunnar Myrdal hace medio siglo resumió en estos términos: “el idioma inglés, el cristianismo, los conceptos ingleses del imperio de la ley –incluyendo la responsabilidad de los gobernantes y los derechos del individuo- y los valores protestantes del individualismo, la ética del trabajo y la creencia en la capacidad y el deber de los seres humanos de intentar crear un cielo en la tierra”.

Sin embargo, el cónsul de México en Nueva York, Arturo Surukahán sostiene que el grueso de los inmigrantes, incluyendo los indocumentados, trabaja, paga sus impuestos y respeta la ley.

“La gran mayoría sufre enormes privaciones para asimilarse, y mantiene sus identidad cultural como una forma de mitigar la segregación y el racismo que algunos de ellos todavía enfrentan”, sostiene.

Para el periodista y académico Claudio Iván Remeseira, los ataques contra los latinoamericanos revelan la subsistencia del viejo prejuicio anticatólico y antiespañol en algunos sectores de Estados Unidos.

 

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 31/10/2014 en Uncategorized

 

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Las energías puestas en ayudar a los otros

En la sociedad mercantilizada en que vivimos, donde parece triunfar el puro interés individual, hay mucha gente sin embargo que dona dinero y tiempo para asistir a otros.

“En la naturaleza del hombre encontramos la competencia y desconfianza”, sostenía Thomas Hobbes (1588-1679). El filósofo inglés fue uno de los que mejor expresó la escuela del pesimismo antropológico.

La idea del “homo omini  lupus” (el hombre es un lobo para el hombre), base de su teoría del Estado, pinta a la sociedad como un estado de guerra latente, en la que impera la ley de la selva.

En muchos aspectos la realidad humana actual parece darle la razón a los que adhieren a la tesitura de que el hombre es un “mal bicho”, un animal que utiliza su inteligencia para su propio provecho.

Alguien, en suma, que ha desarrollado la facultad de dominar a sus congéneres, o para sobrevivir a toda costa en un contexto de rivalidad.

Desde este lugar se entiende que del hombre sólo se espere egoísmo, intolerancia, soberbia, avaricia, y demás maldades. ¿Es que acaso las personas están genéticamente condenadas a no pensar más que en ellas mismas?

Los hechos cotidianos muestran sin embargo que, al lado del instinto adquisitivo y de la voluntad de poder, también crecen la solidaridad, el amor, la sencillez, el respeto del otro, la honestidad, la tolerancia, la libertad, para citar algunos valores disonantes el pesimismo antropológico.

Es posible encontrar conductas que se colocan, por caso, en las antípodas del egoísmo más craso. Brindar una atención desinteresada al prójimo, aun cuando dicha diligencia atente contra el bien propio, es algo que puede ser catalogado de “altruista”.

El altruismo (del francés antiguo “altrui”: de los otros) es una noción que adquiere sentido diverso según la filosofía, el sistema moral o la religión en la que se enmarque. Cabría incluir aquí, por ejemplo, aquel “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, formulado por Cristo.

Hay quienes creen, contra la visión pesimista, que en el hombre existiría una tendencia natural a la solidaridad, algo que se reflejaría en la protección hacia los miembros de la familia.

Otros piensan que el altruismo es una condición que surge de la educación. Consideran que el peso de la cultura y las tradiciones históricas es clave en la conducta de buscar el beneficio de otros, y mucha gente encuentra el sentido de su vida en algo que le es ajeno.

Al respecto el economista y filósofo francés Guy Sorman, en su reciente obra “El corazón americano”, pone en discusión el estereotipo según el cual la sociedad estadounidense es duramente materialista.

Allí sostiene que, por razones religiosas e históricas, la filantropía tiene una fuerza arrolladora, es un universo sin fines de lucro que representa el 10 % de la economía y el 10% del empleo.

La afición filantrópica de la sociedad estadounidense, que involucra a ricos y no ricos, se remonta al pensamiento de Benjamín Franklin (1706-1790), considerado uno de los padres fundadores, y que “ya es parte del ser norteamericano”, sostiene Sorman.

La filantropía en ese país “es una fuente de creatividad social, más eficiente que el gobierno y el mercado”, en una sociedad que ha sido educada para no esperar que el Estado le resuelva todo los problemas, sostiene.

Se puede ayudar a otros donando dinero, algo que suelen hacer los más pudientes. Sin embargo, están aquellos que donan algo muy valioso, su tiempo, ya sea para educar, acompañar, socorrer o ayudar a los más débiles.

 

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 31/10/2014 en Uncategorized

 

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Cantidad de policías y teoría de los incentivos

No hay duda que la inseguridad se ha convertido en un problema central de la sociedad argentina, a pesar de lo cual las soluciones no abundan. ¿Acaso faltan policías? ¿Es más redituable robar que trabajar?

Alrededor de la seguridad pública hay varios mitos, según los expertos. Uno de ellos es creer que aumentando el número de efectivos policiales la cosa se arregla. Pero resulta que Argentina es uno de los países que proporcionalmente más policías tiene (558 efectivos cada 100 mil habitantes).

Eso surge de un análisis realizado por las Naciones Unidas (UN), que contabilizó la cantidad de efectivos por cada país. En principio China es el país con más uniformados en términos absolutos. Algo lógico si se piensa que allí se debe vigilar a 1.300 millones de habitantes. Para ese cometido el régimen comunista emplea 1.585.353 efectivos.

Ahora bien, si se toma la media proporcional China tiene menos uniformados que Argentina: tiene tan sólo 120 policías cada 100 mil habitantes, contra los 558 policías por cada 100 mil habitantes que posee nuestro país.

Argentina incluso, en proporción, le gana a Estados Unidos, el cuarto país con más cantidad de policías. En efecto, en EE.UU. hay 248 policías por cada 100 mil habitantes.

Y en cuanto a América Latina, una región particularmente violenta, nuestro país encabeza la lista de cantidad de efectivos por habitantes.

A la luz de estos números, y de la ola de criminalidad que azota al país, se cae el mito según el cual la inseguridad es directamente proporcional a la escasez de fuerzas policiales.

El doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca, Juan Mario Solís Delgadillo, al analizar los datos aportados por las Naciones Unidas, advierte que más importante que la cantidad es la calidad.

Según el especialista, “la insuficiente financiación de los Estados ha redundado en la mala formación de los policías, su insuficiente equipo y sus precarias condiciones laborales, que convierten a los elementos policiacos en blancos fáciles para la corrupción”.

Casi todos los expertos en esta área, coinciden en señalar que la inseguridad pública es un fenómeno multicausal. El problema, por tanto, no se resolvería solamente con más fuerzas de seguridad, sino con políticas sociales tendientes a la educación, a una mejor distribución de la renta, entre otros factores.

Desde el mundo económico, en tanto, donde el comportamiento humano se analiza a la luz de los beneficios y los costos, se sugiere evaluar la posibilidad de que hay sociedades donde convendría “trabajar” de asaltante en lugar de hacerlo honestamente.

El verdadero pionero de este enfoque fue Gary Becker, economista de la Universidad de Chicago y ganador del Premio Nobel en 1992. Becker mostró que, de alguna forma, todas las personas actúan influidas por fuerzas económicas como los incentivos y hacen elecciones que pueden describirse con modelos racionales de toma de decisiones.

En la postura de Becker se encuentra el argumento de que siempre hay un coste y un beneficio asociado a lo que hacemos. Puede ocurrir, sostiene, que las reglas de juego de una economía y de una sociedad, en este sentido, incentiven más al robo que al trabajo asalariado o profesional.

El asaltante, así, puede percibir que la posibilidad de violar la ley y de ser detenido y luego enjuiciado, es un costo que vale la pena asumir frente a los beneficios que trae aparejado el delito.

En este caso, no tendría motivos para cambiar de “ocupación”.

 

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Publicado por en 31/10/2014 en Uncategorized

 

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Justo José de Urquiza, primer presidente constitucional

Destacan la figura del caudillo entrerriano

Urquiza, primer presidente constitucional

El historiador y escritor Carlos María Martínez resaltó en Gualeguaychú las condiciones de militar y político de Justo José de Urquiza, a 160 años de su jura como primer presidente constitucional de la Argentina.

Por Marcelo Lorenzo

La historia oficial parece haber resuelto pasar por alto que la Organización Nacional es obra de un entrerriano. Y esto acaso se deba a que Justo José de Urquiza asumió como primer presidente constitucional del país, en 1854, sin la anuencia de Buenos Aires.

El caudillo entrerriano había  desafiado antes el poder omnímodo del gobernador bonaerense, Juan Manual de Rosas, a quien acusaba de gobernar unitariamente el país (monopolizando la renta de la aduana porteña) y de retrasar la sanción de una Constitución Nacional.

Tras el triunfo de Caseros (3 de febrero 1852), se llevó a cabo el Acuerdo de San Nicolás (Santa Fe), donde representantes de treces provincias argentinas firmaron un pacto preconstitucional expresando la voluntad de construir un país federal.

Pero Buenos Aires no mandó representantes a ese cónclave, rompiendo lanzas con la Confederación Argentina, y haciendo caso omiso  a la consigna urquicista de “ni vencedores ni vencidos”.

Sin la participación bonaerense, y con el propósito de sentar las bases de la organización nacional de Argentina, en Santa Fe un congreso constituyente sancionó la Constitución en 1853.

De esta manera Urquiza, en representación de Entre Ríos, se transformó en el verdadero padre de la Organización Nacional bajo el sistema democrático, republicano y federal.

Luego de sancionada la Constitución, el congreso constituyente, a través de un escrutinio, proclamó primer presidente constitucional a Justo José de Urquiza, y a Salvador María del Carril, como vicepresidente.

Estos últimos, luego del juramento de rigor, tomaron posesión del cargo el 5 de marzo de 1854. Pero en el acto tampoco estuvo presente Buenos Aires, provincia que quedará desgajada del resto del país, y se enfrentará en lo sucesivo a la Confederación Argentina, que llegará a tener su capital en Paraná.

Al cumplirse 160 años de la asunción presidencial del vencedor de Caseros, el titular del Instituto Urquiza de Estudios Históricos, Carlos María Martínez, dio una charla en el Club Social Recreo de Gualeguaychú, el 10 de octubre pasado.

Franqueado por el miembro de la entidad local, Germán Duboscq, el disertante destacó los perfiles militar y político del caudillo entrerriano, ante un nutrido público reunido para la ocasión.

Martínez, que es miembro de la Academia Nacional de Historia y presidente del Instituto Histórico ‘Brigadier General Tomás de Iriarte’, tiene varios trabajos historiográficos  sobre la participación entrerriana en los eventos políticos y militares del Siglo XIX.

Ha escrito, por ejemplo: “Urquiza en el Uruguay -Los orientales en Caseros-”; “Juan Francisco Seguí en el Congreso Constituyente de 1853”; “Los lomonegros. El sisma del Partido Federal. 1832-1833”.

Militar y político

Martínez sostuvo que Urquiza demostró en varias batallas su condición de avezado militar, liderando la imbatible caballería entrerriana. Pero sus mayores virtudes bélicas las hizo visibles en su victoria sobre Rosas, en los campos de Caseros.

Luego de desactivar el frente oriental -al levantar el sitio que Manuel Oribe imponía a Montevideo- lideró el Ejercito Grande, con 28.000 hombres entre soldados y maestranzas (la mayoría argentinos, pero también miles de uruguayos y brasileños), y más de 50.000 caballos.

Tras reunir y adiestrar sus fuerzas en Gualeguaychú, el Ejército Grande se concentró en Diamante, puerto de Punta Gorda. Desde allí, las tropas fueron cruzando el Paraná el 23 de diciembre de 1852.

“Hombres y animales a nado cruzan un río de una milla de ancho y una profundidad que permitía el paso de vapores y buques de gran calado. A partir de allí, al llegar hasta cerca de Santos Lugares, y después  de varias escaramuzas llega la vanguardia de Urquiza hasta cerca de los campos de Caseros”, relató el disertante.

Y agregó: “Históricamente no existe en nuestro país, y creemos que en América, la presencia de 16 divisiones de caballería en el campo de batalla con un total de 14.000 hombres. Hace un tiempo les di una charla a los alumnos cadetes de cuarto año del Colegio Militar de la Nación sobre la Batalla de Caseros. Les dije entonces que cerraran los ojos por un momento y pensaran en esos 14.000 hombres a caballo ingresando en los campos de Caseros. Y lo impresionante que significaban esas 16 divisiones”.

Según Martínez, los éxitos militares de Urquiza no se entienden sin la caballería entrerriana. Esta última “por su excelente organización, por el cuidado de sus caballos, por el valor y la resistencia de las tropas con la rapidez de sus marchas  y maniobras con la impetuosidad incontenible y sus ataques a sable y a lanza, han pasado a la historia siendo la clave del éxito militar del general Urquiza”.

Además, “la fe ciega en el líder siempre al frente de sus hombres, querido y respetado hasta el temor, crea una mística que desbordaba el simple cumplimiento de una orden militar para convertirse en un mandato supremo”.

Urquiza y Rosas concentraron en los campos de Santos Lugares casi 47.000 soldados. La batalla duró 6 horas y se desarrolló en la estancia de la familia Caseros, situada en las afueras de la ciudad de Buenos Aires.

Lo llamativo de este enfrentamiento es que habiendo chocado ejércitos tan numerosos, las bajas fueron reducidas. “Caseros fue sin dudas una de las batallas menos cruenta de nuestra guerra civil”, explicó Martínez

Según su opinión, esto se debió al hecho de que “estratégica y políticamente el encuentro militar estaba terminado antes de llevarse a cabo. Ya estaba definido a favor de los aliados”.

“Rosas había llegado sin un plan concreto y no quiso escuchar las sugerencias y consejos de sus mejores hombres como Martiniano Chilavert”, precisó Martínez para quien “la campaña, el ejército y la Batalla de Caseros es el más considerable hecho de armas que puede honrar un general”.

Según el disertante, Caseros no se ha valorizado militar ni políticamente en nuestra historia. “Desconocer su trascendencia política es difícil de aceptar”, indicó al explicar que tras esta batalla se sustituyó un régimen autoritario “por un sistema democrático regulado por el derecho y la vigencia de las leyes”.

Y explicó: “Urquiza llega a Caseros no como suponían muchos hombres de Buenos Aires y la mayoría de los exiliados para derrocar a Rosas y constituirse en un continuador de sus políticas. Llega con un proyecto de país, que es la antítesis de lo que sostenía Buenos Aires. Quería una Confederación de pueblos que de distintas características conformaran una Nación en base a una Constitución”

Al hacer un balance de la actuación política de Urquiza, Martínez señaló: “Como político rescato fundamentalmente el renacimiento de la libertad y de los principios de la Revolución Mayo, por los que su espada fue en Caseros la luz libertadora”.

Los otros méritos son “el acuerdo de San Nicolás y el encolumnamiento por primera vez en la historia de los pueblos del interior tras el objetivo de la convocatoria a una asamblea constituyente. La Constitución de la que se le considera el padre, ya que bajo su inspiración fue dictada. A su decisión política y al poder de su ejército se le debe esa obra que será base de nuestra Organización Nacional. Esa es su gloria”.

Y agregó el historiador: “Durante su gobierno se va a estructurar el andamiaje jurídico del país al constituirse el primer Congreso Nacional que ha de sancionar más de 300 leyes trascendentales en la vía de la organización jurídica. La libertad de navegación posibilitando así el comercio entre todas las naciones. Su gobierno sentó las bases de una Nación aún inexistente que salió del letargo para poner en marcha los proyectos destinados a desarrollar su economía y restablecer los derechos individuales. Se ha dicho que la gloria de los hombres representativos la rubrica el sacrificio y la consagra la historia. Sin dudas Justo José de Urquiza está en nuestra historia por mérito propio y para siempre”.

 

Carlos María Martínez 5 Carlos María Martínez

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 26/10/2014 en Uncategorized

 

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El ideólogo de la fundación de la villa San José de Gualeguaychú

Aunque no fue el ejecutor material de la fundación de Gualeguaychú, al obispo Sebastián Malvar y Pinto le cabe el título de inspirador intelectual. Su gestión preparó la acción posterior de Tomás de Rocamora.

La aparición de Malvar y Pinto en estas tierras formó parte de una estrategia decidida en la corte del rey Carlos III, quien estaba empeñado en fortalecer las posesiones españolas en América frente a la amenaza portuguesa.

De hecho el obispo llega dos años después de la creación del Virreinato del Río de la Plata, constituido en 1776 para organizar, bajo una dirección unificada, la defensa de las fronteras.

Tras visitar diversos partidos de la Banda Oriental, desde Santo Domingo de Soriano cruza a Gualeguaychú, donde a fines de 1779 inspecciona la capilla pública alrededor de la cual se asentaban unas pocas familias.

Esto le permite al sacerdote conocer la precaria situación de estos habitantes y el grave problema que enfrentaba a los pequeños propietarios con los grandes terratenientes que querían expulsarlos de sus campos.

El obispo, que pertenecía a la orden franciscana, concibe la idea de elevar el estatus eclesiástico de la capilla, convirtiéndola en parroquia. Idéntico temperamento adopta para los otros poblados entrerrianos que visita: Gualeguay y Arroyo de la China (hoy Concepción del Uruguay).

La idea que había detrás no era sólo religiosa: la existencia de parroquias era una manera de organizar políticamente el espacio. Abría la alternativa para que los vecinos poseyeran parcelas de terreno en el poblado, lo que era un modo primario de urbanizar, descomprimiendo la disputa entablada por el acceso a la tierra.

“Las capillas serán parroquias y junto a las parroquias nacerán villas”. En esta frase del fraile francisco está contenida toda la alta política de España para esta zona, en el último tramo del siglo XVIII.

Así, en junio de 1780 el obispo Malvar y Pinto pide al virrey que erija parroquias en los tres lugares mencionados (Gualeguaychú, Gualeguay y Arroyo de la China), lo que fue autorizado el 3 de julio de ese año.

La parroquia de San José de Gualeguaychú fue instalada el 2 de marzo de 1781 y abarcaba el territorio entre los ríos Gualeguay y Gualeguaychú.

Algunos historiadores resaltan el hecho de que en este caso la organización del territorio siguió una lógica inversa a la habitual, ya que las jurisdicciones parroquiales precedieron a la fundación de las villas.

Aquí radica el carácter de mentor ideológico de Malvar y Pinto: concibió con antelación la plantificación que haría Tomas de Rocamora, dos años después, el 18 de octubre de 1783. Con lo cual bien podría concluirse que ambos son   co-fundadores de Gualeguaychú.

Se sabe que el religioso era uno de los más eminentes miembros de la orden de los Franciscanos en España, con importantes vinculaciones en la Corte de Madrid.

Malvar y Pinto no fue un clérigo más, con determinada dignidad eclesiástica. También hacía las veces de funcionario político de alta jerarquía en la estructura de poder de la monarquía española.

Y esto en virtud del Real Patronato, un conjunto de privilegios y facultades especiales que los Papas concedieron a los Reyes de España y Portugal, a cambio de que éstos apoyaran la evangelización y el establecimiento de la Iglesia en América.

El Patronato hizo de la Iglesia del Nuevo mundo, desde el punto de vista administrativo, una especie de dependencia de la Corona española en América.

 

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Publicado por en 26/10/2014 en Uncategorized

 

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La violencia urbana y el uso de armas

La dinámica de la violencia homicida en la ciudad de Santa Fe ha hecho que las autoridades tomen medidas extraordinarias, como prohibir durante 90 días la venta legal de armas y municiones.

En la capital santafecina se ha superado el registro histórico de homicidios, con 117 en lo que va del año. Una proyección de casos potenciales hasta fin de 2014, llevaría la tasa de homicidios a 27 cada 100.000 habitantes, cuando en Argentina es de 7,2 cada 100.000, según estadísticas oficiales de 2012.

El incremento de los asesinatos en Santa Fe obedecería al hecho de que los mayores controles de seguridad en Rosario han provocado una migración de la violencia a la capital provincial.

El auge de la criminalidad en estos conglomerados urbanos está estrechamente vinculado a la problemática de la droga y el narcotráfico.

La violencia se manifiesta principalmente en el choque entre distintas bandas que luchan por ganar o mantener el control territorial con acceso a puntos de abastecimiento y venta de sustancias prohibidas.

En la delincuencia asociada al tráfico de drogas ilícitas las armas de fuego ocupan un papel central. De ahí que el gobierno santafecino, para enfrentar el auge del delito, haya implementado una suerte de veda en la venta de armas.

El intendente de la capital santafecina, José Corral, aseguró que esta medida “debe estar acompañada por un fuerte control del mercado ilegal de venta de armas y municiones, para disminuir la presencia y circulación de armas”.

La medida, de carácter extraordinario, ha sido criticada por la Asociación de Industriales y Comerciantes de Artículos para Caza y Pesca, preocupada por el daño económico para el sector.

Darío Hartman, gerente comercial de una de estas empresas, sostuvo que la prohibición no resolverá nada porque “las armas de la delincuencia tienen otro origen”.

Como sea, los expertos coinciden en el diagnóstico de que el contrabando de drogas está estrechamente vinculado al contrabando de armas, que se ha convertido en un mercado ilícito paralelo y lucrativo.

En América Latina, al menos, el tráfico y proliferación de armas se caracteriza, en general, por su asociación con la violencia urbana, el crimen común y el organizado, y las actividades del narcotráfico.

Por lo demás, muchos conglomerados urbanos presentan altas tasas de homicidios, la mayoría de los cuales involucra el uso de armas de fuego. Por eso desde el Estado se hacen campañas para “desarmar” a la sociedad civil.

Pero se trata de un objetivo que colisiona con el clima de indefensión que aqueja a la población, ante la ola de inseguridad urbana, expresada en asesinatos y robos, y que hace que algunas personas pretendan hacer justicia por mano propia.

En Córdoba se observa al respecto un fenómeno inquietante: según informa el diario ‘La Voz’, mucha gente decidió comprar armas de fuego y toma lecciones de tiro para aprender a usarlas.

Al parecer algunos sectores de la ciudadanía optan por tomar medidas de precaución ante la posibilidad de que se vuelvan a reiterar los saqueos del verano pasado.

Uno de las grandes desafíos de los gobiernos y de la sociedad civil es evitar que los centros urbanos se conviertan en escenarios de conflictos armados, resultantes de la expansión veloz de las dinámicas criminales y el acceso ilimitado a las armas de fuego.

No hay que perder de vista que una sociedad armada es una sociedad dispuesta a matar, tiene en su agenda la posibilidad de provocar muerte y destrucción, en abierto desafío a los valores de la vida y la paz.

 

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Publicado por en 26/10/2014 en Uncategorized

 

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Cuando el público no quiere los pesos

¿Cómo es posible que la inflación no ceda aun en recesión? ¿Cómo es que aumentan los precios a pesar de que el consumo es menor? La paradoja la explicaría la desconfianza en la moneda local, que hace que muchos no la quieran.

La lógica primaria es que la contracción económica, que se reflejaría en menor consumo, disciplina los precios a la baja. Pero en Argentina la recesión coexiste hoy con la inflación, un fenómeno si se quiere paradojal.

Una situación en la cual la falta de crecimiento de la economía coincide con el alza de precios aparece en los manuales de economía bajo el nombre de “estanflación”.

El nivel de actividad económica lleva más de un año cayendo y la debilidad de la demanda interna es manifiesta, y esos dos factores deberían hacer frenar la inflación. Pero no, en la calle lo que se percibe es que persiste el alza de precios.

Algunos economistas dicen que el problema es de naturaleza monetaria. Detrás de todo estaría la erosión del peso y la búsqueda insistente de los particulares de no quedarse en moneda local.

El escritor y economista Walter Graziano sostiene que la economía argentina suele atravesar por dos ciclos: uno en el que se demanda el signo monetario autóctono, y otro en el que se huye despavorido de él.

Tras determinadas crisis, como la de 2001, las personas piden pesos, y entonces los gobiernos pueden emitir moneda a discreción, y hasta tener déficit, sin problemas.

Pero luego la gente percibe que la cosa no funciona (la inflación le come su patrimonio), y entonces huye del peso refugiándose en activos varios, preferentemente en dólares, provocando una escasez de divisas en el país.

Muchos argentinos, sobre todo de clase media, querrían hoy menos pesos, y esta caída en la demanda de la moneda local es lo que estaría provocando una aceleración de la inflación.

Los analistas llaman la atención sobre un factor inquietante: el incremento en la rotación del dinero, un factor que suele espiralizar la inflación. La velocidad de circulación del dinero es el número de veces que la unidad monetaria cambia de mano.

La aceleración de este fenómeno es lo que a su vez estaría poniéndole un piso mayor a la inflación. El dato es que esto ocurre en un contexto donde la economía no crece y el Banco Central (BCRA) retira los pesos en circulación y mantiene estable el tipo de cambio como ancla antiinflacionaria.

El economista Federico Muñoz ha verificado una caída del 15% en la demanda de pesos, lo cual es un reflejo de la pérdida de confianza en la moneda doméstica.

“La devaluación de enero y las turbulencias financieras del verano han provocado un quiebre en el comportamiento del público, que ha tomado mayor conciencia de la virulencia del proceso de subas de precios y de su impacto erosivo sobre sus tenencias de activos líquidos”, explicó al Cronista Comercial.

“Este reconocimiento –agregó– ha propiciado una caída sensible en la demanda de dinero; o lo que es lo mismo, la aceleración notoria de su velocidad de circulación. Por ello, en la actualidad hay, en términos reales, menos pesos circulando que a comienzos de año y, sin embargo, esa menor cantidad de dinero sostiene una mayor tasa de inflación”.

A lo largo de su historia Argentina ha sufrido varias crisis de confianza en su moneda. La falta de voluntad de la población para retener los pesos, en esos casos, ha estado asociada a fenómenos de alta inflación.

Son contextos en los que los billetes pierden su valor a una velocidad acelerada.

 

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Publicado por en 22/10/2014 en Uncategorized

 

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País más vulnerable a las inundaciones

Argentina se encuentra entre los 15 países en el mundo más afectados por las inundaciones, un fenómeno que causa daños a personas y patrimonios, y entre cuyas causas se cuenta la mano del hombre.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres (UNISDR), el 39% de los desastres que se registran en nuestro país son inundaciones.

Por lo pronto, en las últimas semanas se calcula que 8 millones de hectáreas de la provincia de Buenos Aires se han visto afectadas por las inundaciones.

Las causas que convierten al sur del continente americano en una zona expuesta a los anegamientos son múltiples. Un dato clave es que la mayoría de la población vive en la región litoral fluvial de la Cuenca del Plata.

Y se han venido incrementando los caudales de los ríos Paraná y Uruguay, que terminan en un delta donde confluye la cuarta parte de las aguas de América del Sur.

En la cuenca del Paraná, de 4 millones de metros cuadrados, viven casi 8 de cada 10 argentinos. Según la estadística, en los últimos 30 años la zona del litoral argentino registró cinco de las peores 10 crecidas del siglo XX.

En 1992, por ejemplo, una crecida del río Paraná afectó a importantes zonas de las provincias de Chaco, Formosa, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. La UNISDR, en tanto, recordó que en 2012 las crecidas ocasionaron daños por unos 3.400 millones de dólares.

Las inundaciones, según el informe, son el fenómeno natural más caro para Argentina, toda vez que suele dejar ciudades devastadas, miles de personas evacuadas, y pérdidas económicas cuantiosas.

Pero las inundaciones no serían un fenómeno puramente natural. Al respecto, son cada vez más los estudios que vinculan estos desastres con determinas prácticas productivas.

Al respecto se cree que la sobreexplotación de los suelos en la Argentina, producto del monocultivo de la soja y la tala indiscriminada de bosques, en realidad ha potenciado los efectos adversos de los fenómenos hidrológicos.

Ya en 1995, un trabajo elaborado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad del Litoral (UNL) de Santa Fe, titulado “Implicancias Antrópicas en los Procesos de Inundaciones de Áreas Llanas”, estableció una relación directa entre degradación del suelo e inundación.

“En lo que atañe al proceso de inundación, el excesivo laboreo de la tierra y la erosión provocada se traduce en la formación de costras en la superficie del suelo que impiden la infiltración de las lluvias por impermeabilización”, se lee allí.

Y se añade: “El agua escurre por la superficie, lavando los nutrientes del suelo, erosionando, dejando a la vista los horizontes más pobres en materia orgánica (de ahí la necesidad de incorporarla artificialmente) y contribuyendo al consecuente anegamiento. El agua que no se incorpora a la estructura del suelo no sólo se inutiliza desde el punto de vista agrícola sino que es la que provoca procesos de inundaciones”.

Por lo demás, cabe destacar que la ciudad de Gualeguaychú tiene una historia asociada a las inundaciones, algunas de las cuales dejaron una fuerte secuela en la sociedad nativa, como las crecidas de 1959 y 1978, que produjeron cuantiosos daños.

A nivel local, las crecidas del río Gualeguaychú se han explicado por tres factores: 1-por incrementos de la escorrentía, consecuencia de grandes lluvias en la cuenca y últimamente por la pérdida de absorción del suelo; 2- por variaciones en el régimen del río Uruguay; 3- como resultado de la acción de un fuerte viento sudeste.

 

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Publicado por en 22/10/2014 en Uncategorized

 

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Esos testimonios del habla popular

Textos que expresan la sabiduría popular, como los refranes, parecen haber entrado en un proceso de extinción, aunque perviven como patrimonio cultural.

La recopilación de estas formas de identidad del lenguaje, por parte de los estudiosos, revela justamente su pérdida de vitalidad en la cultura.

Pedro Luis Barcia y Gabriela Pauer, por ejemplo, han ido al rescate de este acervo lingüístico argentino. Primero publicaron “Diccionario fraseológico del habla argentina”, donde se recogen 14.000 expresiones populares comunes de nuestro país.

Más tarde, para completar la obra de investigación, sacaron a la luz el “Refranero de uso argentino”, en el que se reúnen y analizan cerca de 5.000 textos de origen anónimo, producto de la experiencia colectiva y de la transmisión oral.

Allí se lee que estos discursos “nacen en el seno del pueblo, de gente iletrada pero no inculta, porque conoce el sentido de la vida e interpreta lo esencial de lo humano”.

A partir de ese humilde origen “van expandiéndose y ascendiendo socialmente, validos de su verdad y agudeza, y se hacen sitio en la conversación de los letrados, en los medios de comunicación, en los debates, en la literatura”.

Es relevante la observación según la cual el pueblo llano, no ilustrado, es capaz de producir “sabiduría”, un concepto que no tiene que ver con el manejo del idioma ni de teorías, sino con la capacidad de capturar el sentido de la realidad y de la vida.

El refrán expresa la sapiencia del pueblo. Es una creación netamente oral en la cual en pocas palabras se cifra toda una experiencia vital, que suele transmitir una enseñanza.

Estos “evangelios pequeños”, como lo visualizaban en el siglo XVI, reflejan el modo en que los mayores, en las sociedades ágrafas, trasmitían consejos y ejemplos a las nuevas generaciones.

Barcia habla de “tuit de la sabiduría popular”, porque en una línea se condensa una experiencia de vida, casi siembre con humor. Por ejemplo “Vecina, bocina” es una síntesis emblemática, que además conjuga rima y métrica, esencial para que el refrán sea retenido y recordado.

Estas formas de sabiduría ancestral se emplean aún hoy. “Se lo tragó la tierra” – por ejemplo- no sólo remite a la idea de que alguien desaparece de los lugares que frecuentaba, sino que denota la vergüenza que mueve a quien desea ocultarse.

“Cuando el río suena, agua trae” utiliza la imagen del río caudaloso como el rumor que se ha echado a andar y, por ende, algo de verdad debe sustentarlo.

“Tirar manteca al techo” es una expresión que denota derroche o la conducta de vivir por encima de las posibilidades, como a principios del siglo XX en Argentina hacían muchos jóvenes de familias adineradas, los “niños bien”, que se divertían en el cabaret lanzando panecillos de manteca al techo.

“Yacaré que se duerme es cartera”, dicen los correntinos, una expresión de carácter universal (que no sólo se refiere al animal) que alerta sobre lo que le puede pasar a los que no son precavidos.

En Gualeguaychú las historiadoras locales Andrea Sameghini y Nati Sarrot reprodujeron en «Cvadernos», en sucesivas notas, refranes criollos usados en nuestra zona antes de 1850, que fueron recopilados por Carmelo Romero, el conde de Gená.

Según Barcia, estos textos anónimos, que a través del tiempo fueron repetidos de boca en boca, han ido desapareciendo, no sólo porque la gente hoy es menos “refranera”, sino por un declive de la oralidad y sobre todo a causa de que es menor la presencia de las personas mayores en los hogares.

 

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 22/10/2014 en Uncategorized

 

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La caída del precio de la soja y el futuro

El desplome de la cotización del producto de exportación más importante de Argentina genera inquietud. ¿Se acabó la década dorada del poroto? ¿Terminaron los días felices de la súper renta agrícola?

Las acusaciones del gobierno a los sojeros por “esconder” la soja, no sólo habla de la acuciante necesidad de dólares para atender la deuda externa y las importaciones elementales.

Da una idea además de la importancia del llamado “complejo sojero” en la economía del país, que a lo largo de la última década se ha vuelto dependiente del criticado y vilipendiado “yuyo”.

El llamado “boom sojero” no sólo ha aportado desde 2003 ingentes recursos fiscales, sino que ha inyectado al sistema económico los dólares para que otros sectores deficitarios en materia de divisas, como la industria o la producción de energía, pudieran funcionar.

Al respecto no resulta llamativo el desplome del sector automotriz: coincide con la escasez de reservas del Banco Central. El 70% de los autos que se “fabrican” en la Argentina dependen de insumos importados, que se pagan con divisa norteamericana constante y sonante.

No se entiende el mentado “modelo” económico sin el aporte de la renta de la soja. De hecho sus defensores resaltan la estrategia de extraer la plusvalía agraria, para subsidiar el consumo y así “reindustrializar” el país.

Para ponerlo en perspectiva histórica, vale recordar que cuando Fernando de la Rúa dejó la presidencia en 2001 la soja valía menos de 200 dólares la tonelada. En mayo de 2003, al iniciarse el ciclo kirchnerista, ya había aumentado a 300 dólares/Ton.

Desde 2007 hasta hace unas semanas los precios de mantuvieron en niveles de alrededor de 400 dólares la tonelada, aunque hubo períodos en que estuvo por encima de los 500 dólares, y llegó al récord de 650 dólares/Ton. en 2012.

Hoy la cotización del principal producto de exportación de Argentina cayó en el mercado mundial a 350 dólares/Ton. Y ahora muchos analistas se preguntan si esta baja es sólo coyuntural o es parte de un ciclo caracterizado por la depresión de los precios agrícolas mundiales.

Según los economistas de las entidades agrarias, la cotización de 350 dólares no es mala. Pero resulta insuficiente por el tipo de cambio (en torno a los 8,50 pesos por dólar), la presión fiscal, los costos internos y la falta de previsibilidad.

Por eso desde el sector se afirma que sólo con buen clima, buenos campos y rendimientos superiores al promedio la producción agrícola podrá ser negocio. ¿Desaparecieron los buenos tiempos de la soja, que hizo que los llamados “pool de siembra” invirtieran para producir cosechas récords?

En estos años, ante cotizaciones casi extravagantes en el mercado mundial, y la aplicación de tecnología en agroquímicos y semillas transgénicas (muy cuestionadas por los ambientalistas), Argentina se sojizó.

El país constituye un bloque regional en torno al poroto, junto con Brasil, Paraguay y Uruguay. Argentina es el tercer productor mundial de soja, y alrededor de este producto construyó el sector procesador de aceite más moderno del mundo en Rosario.

La sojización del país, base de la prosperidad económica de estos años, tiene no obstante sus objetores. Los críticos hablan de un modelo extractivista de patas cortas, que ha hecho depender la economía de los ingresos de un solo bien, y a costa incluso de la propia diversidad productiva del campo.

Desde aquí se ha venido advirtiendo sobre la posibilidad de un desplome de la economía en general el día que la alta cotización de la soja sea historia.

 

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 20/10/2014 en Uncategorized

 

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