El impactante triunfo en el balotaje (19 de noviembre) del liberal Javier Milei sobre el peronismo unido gobernante ha abierto un panorama inédito para un país en crisis.
Por lo pronto La Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, no existía hace tres años. Sin estructura territorial, de repente se ha convertido en la fuerza política más votada en una elección presidencial.
Por lo visto Milei, que aparece como lo “nuevo”, es el que ha logrado capitalizar el hartazgo social, sobre todo de los jóvenes, ante el fracaso reiterado de la partidocracia tradicional.
Habrá que empezar a aceptar, además, que el discurso mileísta en favor del libre mercado y contra la “casta política”, logró calar en el hombre de a pie, atribulado por una crisis económica terminal.
Ha tenido efecto, en este sentido, su promesa de enfrentar decididamente la inflación. Es tal la magnitud de la destrucción inflacionaria en los sectores pobres y medios de la sociedad argentina que ha hecho, aparentemente, digerible el remedio extremo propuesto por el libertario: la instauración del dólar estadounidense como moneda y el cierre virtual del Banco Central.
Ahora todo el mundo se pregunta cómo hará Milei para llevar adelante su promesa de terminar con la “casta política” y reducir al mínimo el Estado, en un país con gran tradición de intervencionismo económico.
¿Cómo hará viables sus ideas que por sí solas generan enorme resistencia en las corporaciones, tanto en la sindical como en la empresarial? ¿Cómo lo hará teniendo enfrente al peronismo, que seguramente pasará a la “resistencia” en la calle y en el Congreso?
La definición electoral de este domingo fue el punto final a un proceso político que se inició con las primarias del 13 de agosto y continuó con las generales del 22 de octubre. En las primarias sorprendió Milei ganando con el 30% y relegando a la aparente favorita, la social-liberal Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio (JxC).
En octubre el que ganó inesperadamente fue Sergio Massa, el candidato oficialista, superando a Milei y dejando a Bullrich fuera de la segunda vuelta. Parecía que Massa tenía el camino despejado para la presidencia este domingo, ya que usufructuaría de la división en la oposición.
Pero entonces apareció el elemento inesperado 24 horas después de las generales de octubre: el explícito respaldo a Milei de los dos principales líderes de Juntos por el Cambio, Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
Se trató de una decisión estratégica clave para explicar el triunfo del libertario en este balotaje, ya que casi íntegramente el votante cambiemista del PRO en todo el país se volcó en las urnas a favor de Milei.
Así las cosas, en perspectiva el 56 % de votos que sacó el domingo la Libertad Avanza muestra que la elección del 22 de octubre, que tanto entusiasmó a Massa y al peronismo, no fue sino una instancia en la que la oposición dirimió su liderazgo para acometer el balotaje.
Los analistas por estas horas evalúan la reconfiguración del mapa político. Algunos advierten como novedad que es la primera vez en la actual etapa democrática argentina, que cumple ya 40 años, que el peronismo y el radicalismo, los dos grandes partidos de la historia del país, quedan fuera del gobierno.
Otros anotan que la victoria de Milei sobre la máquina electoral más poderosa de Argentina, el peronismo, será un caso de estudio de la ciencia política.
Mientras tanto la crisis económica continúa y aquí la duda es qué pasará con una economía con fuertes distorsiones de precios. Con un gobierno peronista en retirada, ¿qué sucederá con la inflación y con el dólar?
© El Día de Gualeguaychú