RSS

Archivo de la etiqueta: sueño

La teoría de que estamos diseñados para dormir la siesta

El neurocientífico del sueño Jim Horne cree que estamos naturalmente diseñados para dormir dos veces al día, al igual que ocurre con otras especies del reino animal.

El diccionario de la RAE (Real Academia Española), define a la “siesta” como el “sueño que se toma después de comer” o también como el “tiempo destinado para dormir o descansar después de comer”.

En otras palabras, es una costumbre con un tiempo asignado para hacerla efectiva, la que todos llamamos “hora de la siesta”, en la que está muy mal visto realizar actividades que turben el reposo de los demás.

En Hispanoamérica, la noción de la siesta es endémica. Dicen que se debe a las altas temperaturas del mediodía en la zona ecuatorial, pero es una costumbre que se extiende hasta la Patagonia.

Tras finalizar el almuerzo, la comida más abundante del día, el sistema digestivo reclama mayor irrigación sanguínea para desarrollar sus funciones y resulta casi inevitable sentir alguna somnolencia.

En las primeras horas de la tarde se concilia el sueño por hábitos culturales, pero también por motivos vinculados a nuestra condición biológica, según cree Jim Horne, del Centro para la investigación del sueño de la Universidad de Loughborough (Inglaterra).

Según sus estudios, el 85% de los mamíferos de la Tierra duermen muchas veces durante el día en ciclos polifásicos y, en este sentido, los seres humanos siguen un patrón natural parecido.

Horne afirma que nuestro sistema nervioso está diseñado para dormir en dos períodos diferenciados cada 24 horas, que corresponderían a la noche y las primeras horas de la tarde.

Esta opinión es consistente con la de los expertos médicos, para quienes la siesta tiene muchos beneficios para la salud.

Con carácter general, es posible identificar las siguientes ventajas: relajación muscular; disminución de la ansiedad; control de la fatiga; mejora del nivel de conciencia y del estado de alerta; mejor control emocional; descenso del estrés; mejor rendimiento cognitivo.

Según un estudio del Allegheny College de Pennsylvania, quienes duermen una siesta diaria de entre 45 minutos y 1 hora tras haber soportado un día de estrés y tensión psicológica logra que su presión arterial y su ritmo cardíaco disminuyan.

La siesta también facilita el aprendizaje, según un estudio de la Universidad de Berkeley, que asegura que quienes la duermen rinden más por las tardes y aumentan en un 10% su capacidad de adquirir conocimientos.

Además, ayuda a aumentar la concentración. “El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos. Durante el sueño, los recuerdos recientes se transfieren del hipocampo al neocórtex, nuestro disco duro, donde se consolidan los recuerdos a largo plazo”, explican los expertos del Berkeley.

En tanto, un equipo de neurólogos de la Universidad de Georgetown ha comprobado que la siesta aumenta la creatividad o, al menos, estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad.

Por último, esta práctica facilita resolver problemas. Robert Stickgold, profesor de Psiquiatría de Harvard, ha descubierto que cuando los sujetos alcanzan la fase REM del sueño (fase de gran actividad cerebral en la que soñamos) les lleva menos tiempo realizar diferentes conexiones entre ideas.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 27/08/2023 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , ,

No subestimar el valor de un sueño reparador

El viernes anterior al equinoccio de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de dormir bien.

“El sueño es esencial para la salud”, es el lema del año 2023. En efecto, al igual que la buena alimentación y el ejercicio moderado, el sueño de calidad es un hábito fundamental para el bienestar físico, mental y social.

De acuerdo a los últimos estudios realizados sobre el sueño, se llegó a la conclusión de que nuestra calidad de vida mejoraría notablemente si dedicáramos el tiempo suficiente a tener un sueño de calidad.

Sin embargo, en el mundo agitado de hoy, la mayoría de las personas no logran descansar la cantidad de horas que se requieren para tener un sueño reparador. Se estima que una persona adulta requiere entre 7 y 8 horas de sueño, para restaurar las funciones del organismo.

Sólo cuando no se puede conciliar el sueño, cuando se sufre algún tipo de insomnio, se toma conciencia de la importancia de dormir lo suficiente para la salud psicofísica.

Es que el sueño representa un 33% de la vida y, por ejemplo, si viviéramos 70 años, aproximadamente 20 años los habríamos pasado durmiendo.

“El sueño es el lujo del pensamiento”, escribió el poeta y dramaturgo francés Jules Renard, para significar que se está hablando de una función cerebral sumamente especial.

Por su lado, Jorge Luis Borges pensaba que “Dormir, según se sabe, es el más secreto de nuestros actos. Le dedicamos una tercera parte de nuestra vida y no lo comprendemos”.

Y añadía: “Para algunos no es otra cosa que el eclipse de nuestra vigilia; para otros, un estado más complejo, que abarca a un tiempo el ayer, el ahora y el mañana; para otros, una no interrumpida serie de sueños”.

El insomnio es dificultad para iniciar o mantener el sueño y quienes suelen sufrir este mal hablan lastimeramente de su condición. Como es el caso del escritor húngaro Emil Cioran, quien se quejaba de no poder conciliar el sueño.

“El sueño hace olvidar el drama de la vida, sus complicaciones, sus obsesiones, cada despertar es un nuevo comienzo y una nueva esperanza. La vida conserva así una agradable discontinuidad, que da la impresión de una regeneración permanente”, escribió.

Para él el insomnio revela, por el contrario, “el sentimiento de la agonía, una tristeza incurable, la desesperación”.

Los expertos señalan que los trastornos derivados de la falta de descanso pueden manifestarse al tener problemas para mantenerse despierto en horas apropiadas, sonambulismo, pesadillas, y dificultades para dormir.

Se sabe, además, que una persona que duerme mal puede ser víctima o provocar accidentes de todo tipo: en la calle, en el ámbito laboral o en su propio hogar. Por eso “dormir no es una pérdida de tiempo”, según refieren los especialistas.

Dormir mal puede convertirse en un hábito negativo que provoca decaimiento, desinterés, alternaciones en el carácter y, muchas veces, somnolencia durante el día.

Algunos estudios aseguran que las disfunciones crónicas en el descanso nocturno pueden ser la causa de distintas enfermedades, además de provocar discapacidades mentales y, en casos extremos, derivar en muerte súbita.

Los trastornos del sueño vienen acompañados de cambios de humor, incremento de los niveles de azúcar (diabetes), aumento de la presión arterial, obesidad, debilidad del sistema inmunitario, ansiedad y depresión.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 19/03/2023 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , ,

Estados alterados ante la persistente ola de calor

Irritabilidad, fatiga y menor productividad. Estos son los efectos del calor agobiante en la salud mental, según los expertos.

Una ola de calor se define como un período excesivamente cálido en el cual las temperaturas máximas y mínimas superan, por lo menos durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, los valores normales para cada localidad.  

Lo que vuelve aún más intolerable la anomalía climática que ahora estamos viviendo es que se registran 40ºC de sensación térmica en marzo, es decir cuando finalizadas las vacaciones la gente vuelve al trabajo y arrancan las clases.

“Vivir con 32ºC o más por varios días impacta en forma negativa en el organismo en general y en la salud mental en particular”, refiere al respecto el doctor en Psicología Martín Etchevers.

“Puede generar irritabilidad, ansiedad, que la persona se sienta deprimida y agotada. La exposición prolongada al calor afecta, además, la calidad del sueño”, cuenta.

Y dormir mal también tiene consecuencias como “falta de concentración, cansancio, mayor predisposición para discutir y tener conflictos en situaciones cotidianas”.

Lo que agrava el cuadro es que la ola de calor ocurra en marzo, cuando los adultos encaran la vida laboral y los chicos comienzan la actividad en los colegios.

No sólo las jornadas son más exigentes sino que también cambia el patrón en la vestimenta, ya que no está permitido asistir a clases o ir al trabajo con ropa fresca y holgada. Muchos colegios tienen uniformes para clima templado y los alumnos sufren al usarlos con 36º, 38º o hasta 40ºC de sensación térmica.

En suma, hay un desajuste entre los días cálidos y la vida real, circunstancia que aumenta los niveles de irritabilidad y de estrés.

Según el psicólogo y sociólogo Martín Wainstein, “el calor aumenta todas las conductas disruptivas y entre las personas que tiene algún tipo de trastorno, incrementa los síntomas ya que se trata de gente con menos recursos para enfrentar la incomodidad”. Esto tiene que ver con que “es un factor de molestia, de estrés y un generador de ansiedad”, aclara.

Cabe consignar que la Universidad de Loughborough publicó un estudio en el que expone que el nivel de productividad laboral baja hasta un 76% cuando el termómetro llega a los 40ºC.

En el caso de la actividad educativa, los estudios muestran que las altas temperaturas hacen que los estudiantes estén más distraídos y agitados y con ello disminuye su rendimiento escolar.

En tanto un estudio estadounidense de 2018 asoció el alza de la temperatura planetaria —que aumentó en 1,2º desde fines del siglo XIX— con el aumento de la criminalidad.

Otra investigación de ese país, desarrollada en Arizona y Phoenix, estableció una relación directa entre el aumento de las temperaturas y el mayor uso de la bocina entre los automovilistas. Según ese trabajo, el calor aumentaría la hostilidad entre las personas.

En España, en tanto, un grupo de investigadores logró vincular las olas de calor con un aumento en los femicidios. Incluso señala que, tres días después de registrarse uno de estos fenómenos climáticos, el riesgo de que una mujer sea asesinada por su pareja o expareja se incrementa hasta en un 40%. Y la probabilidad es 29% mayor por cada grado que supere los 34º en el termómetro.

“Las olas de calor y la salud”, así reza el nuevo informe publicado por la OMS y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), donde se analiza cómo las altas temperaturas contribuyen a un aumento de la mortalidad y la morbilidad, y ejercen una carga extra sobre recursos como el agua, la energía y el transporte.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 13/03/2023 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , ,

El drama del maldurmiente en una sociedad acelerada

“El mal dormir” es un libro que se mueve entre la historia cultural del sueño y la historia personal del autor, el español David Jiménez, atormentado por el insomnio.

Jiménez cuenta que lleva años intentando dormir bien: toma melatonina, acude a clases de mindfulness, etc. “Este libro nace de la necesidad íntima de reflexionar sobre una parte muy importante de la vida, el sueño, que deja una huella profunda en el día a día”, ha reconocido el autor.

En realidad, Jiménez aborda una cuestión que involucra al 40% de la población mundial que según la OMS es el porcentaje de gente que padece algún desorden del sueño.

Lo cierto es que dormir menos horas de lo recomendado impacta de manera directa en el cuerpo y conlleva trastornos fisiológicos y psíquicos, como el estrés o la ansiedad, además de impactar de manera negativa en las actividades al día siguiente.

Jiménez se define a sí mismo como un maldurmiente -“siempre he dormido mal”, declara– y a partir de aquí reflexiona sobre su condición, que lo ha llevado a estudiar este fenómeno en la historia.

“Estaría dispuesto a hacer bastantes pactos fáusticos por dormir ocho horas”, comenta tras señalar que quien mal duerme tiene que enfrentar las actividades del día con un cansancio agotador.

“¿Cómo es posible que se me niegue algo tan básico, esencial e imprescindible que incluso lo hacen las lombrices?”, se pregunta el autor al tiempo que desgrana el conocimiento que ha adquirido sobre este padecimiento.

Según dice, el insomnio es muy solitario, lo enfrenta a uno con el vacío de la existencia. Se trata de una experiencia dramática y acongojante, en la que se da una búsqueda activa del sueño.

“Me gustaría que el lector se plantease el papel del sueño en su vida, en nuestra sociedad, en nuestra historia”, refirió Jiménez a la prensa sobre su obra en la que a las notas autobiográficas se suma una historia cultural del sueño y su aparición en obras literarias y científicas.

Por ejemplo, allí se cuenta que antes de la industrialización era común el sueño bifásico, “un sueño nocturno dividido en dos tramos, entre los cuales habría una hora larga que nuestros antepasados usaban para rezar, copular, leer o incluso pasar un rato de charla con los vecinos”.

Una de las cosas que más llaman la atención para el autor es “toda la industria del maldormir”, que está creciendo en los últimos tiempos gracias al soporte tecnológico. “Es algo que va a seguir creciendo en los próximos años y es divertido ver cómo se diversifican las propuestas, desde hoteles de ‘sleep wellness’ (bienestar del sueño) hasta aplicaciones para smartphones”, refiere.

Los especialistas han reconocido la existencia de más de cien tipos de trastornos del sueño. Algunos son muy específicos, como la apnea o el síndrome de las piernas inquietas, y otros son más ambiguos, como la mera dificultad para conciliar el sueño o para retenerlo.

“Expertos en medicina ya se han alejado de prescribir soluciones farmacológicas intensas y apuestan por una terapia conductual para cambiar ciertos hábitos”, remarca Jiménez al analizar las soluciones que se barajan en esta época.

Cabe consignar que en la actualidad se calcula que el 40% de la población mundial duerme mal, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si bien esto no quiere decir que todos tengan un trastorno severo del sueño, sí tienen alguno de sus ingredientes.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 30/06/2022 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , , ,

Símbolo universal de la lucha contra la segregación racial

El tercer lunes de enero se celebra el Día de Martin Luther King, quien fue galardonado, a los 35 años, con el Premio Nobel de la Paz por su resistencia no violenta a la discriminación racial en Estados Unidos (EE.UU).

Este pastor baptista, uno de los líderes de la larga lucha de los norteamericanos de raza negra por alcanzar la plenitud de derechos, se inspiró en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de desobediencia civil de Henry David Thoreau.

La esclavitud y la segregación han sido una constante en la historia de EE.UU. En el siglo XIX la nación se desangró en la llamada Guerra de Secesión, en la que confrontaron el sur esclavista (la Confederación) y el norte abolicionista (la Unión).

Abraham Lincoln, quien lideró el triunfo del Norte, es considerado un héroe nacional, por ser justamente el precursor del fin de la esclavitud, desde el punto de vista institucional.

Pero la obra de Lincoln quedó incompleta. Fue asesinado al terminar el conflicto por un fanático sureño. Además, terminada la guerra de Secesión (1865), que los liberó oficialmente de la esclavitud, las personas de raza negra, como minoría, debieron desarrollar distintas luchas para conseguir los mismos derechos civiles que la mayoría blanca.

La comunidad debió padecer la persecución de grupos de la Confederación, quienes se organizaron en asociaciones secretas y severísimas como el Ku Klux Klan, que se hizo célebre por sus fogatas, cruces ardientes y encapuchados.

En el sur de Estados Unidos la segregación fue una forma de vida aceptada. A principios de la década de 1960, los afrodescendientes se rebelaron contra su situación. En este contexto apareció Martin Luther King, quien lideró varias protestas, aunque postulando la no violencia como uno de los principios fundamentales de la lucha reivindicatoria.

En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes al encabezar una gigantesca marcha sobre Washington en la que participaron unas 250.000 personas, ante las cuales pronunció el discurso hoy titulado “I have a dream” (“Tengo un sueño”), a favor de la paz y la igualdad entre los seres humanos.

“No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia”, dijo en la ocasión King.

En otro párrafo indicó: “Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter”.

Como consecuencia de esa movilización multitudinaria el Congreso de Estados Unidos expidió la ley de derechos civiles en 1964. Y Martin Luther King obtuvo el premio Nobel de la Paz como reconocimiento internacional a su lucha.

Siempre asediado por los segregacionistas blancos, quienes lo consideraban un verdadero peligro, King fue víctima de varios atentados, hasta que, en el año 1968, fue asesinado de un disparo, mientras estaba en la ciudad de Memphis, Estados Unidos, donde participaba de una huelga.

Tras su fallecimiento, el movimiento por los derechos de los afrodescendientes estadounidenses emprendió un camino más abiertamente revolucionario y violento, alejado de la inspiración cristiana y liberal de King, cuya memoria, a pesar de todo, sigue siendo venerada y amada en su patria.

A la vez, la figura de este luchador ha trascendido las fronteras, ya que es considerado en el mundo un destacado defensor de la dignidad humana.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 22/01/2022 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , ,

«Coronainsomnio»: dormir mal a causa de la peste

Desde que se declaró la pandemia de coronavirus descansar bien por la noche se ha vuelto muy difícil. La cantidad de personas que experimentan insomnio va en aumento, fenómeno asociado al estrés de la vida cotidiana.

Con la pandemia en su segundo año, meses de distanciamiento social han sacudido nuestras rutinas diarias, han borrado los límites de la vida laboral y han traído una incertidumbre constante a nuestras vidas, con consecuencias desastrosas para el sueño.

La pandemia del insomnio que surgió por el coronavirus está impactando en Argentina, según  los especialistas. “Lo que se está viviendo con respecto al sueño es caótico”, alerta Mirta Averbuch, especialista en Medicina del Sueño.

En tanto que el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek refiere: “Dormimos más pero ese sueño no parece muy reparador porque la gente está estresada, muy ansiosa, entonces la calidad del sueño no es muy buena y nos dormimos más tarde, algo que no está recomendado”.

En el marco de un estudio referido a hábitos saludables, la Universidad Siglo 21 publicó un relevamiento sobre cómo duermen los argentinos y cerca del 65% de las personas encuestadas aseguró tener dificultades medias o elevadas para conciliar el sueño.

La deficiencia más frecuente está asociada con la sensación de necesitar más descanso (60%), seguida por las interrupciones en la continuidad del sueño durante la noche (50%).

Para muchas personas, dormir bien era la norma antes de la pandemia. Después, el estrés, la ansiedad y las interrupciones empeoraron nuestro sueño nocturno, dando lugar a términos como “coronainsomnio” para describir el aumento de las alteraciones del sueño en este contexto.

Los especialistas de todo el mundo coinciden en que tras más de un año de pandemia, el sueño de la mayoría de las personas no ha hecho más que empeorar.

Según el último relevamiento de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, aproximadamente el 60% de las personas dijo que tenía problemas de insomnio relacionados con la pandemia, y casi el 50% informó que la calidad de su sueño había disminuido.

No dormir lo suficiente o hacerlo mal debilita el sistema inmunitario, reduce la memoria y la capacidad de atención, y aumenta la probabilidad de padecer afecciones crónicas como la depresión, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardíacas.

Los estudios sugieren que cuanto menos se duerme, menos se vive. Y para las personas mayores de 50 años, dormir menos de 6 horas por noche puede aumentar el riesgo de demencia.

“En el último año hemos tenido la tormenta perfecta de todas las cosas malas posibles para el sueño”, afirma Sabra Abbott, profesora adjunta de Neurología en Medicina del Sueño de la Facultad de Medicina Feinberg (Chicago).

Muchos estudios han demostrado que la insuficiencia del sueño afecta el trabajo al aumentar las probabilidades de cometer errores, arruinar la concentración, y afectar el estado de ánimo.

La extensión en el tiempo de la pandemia agrava el cuadro: al principio la gente tendía a sentirse motivada para superar el estrés de la crisis sanitaria, pero la continuidad de ésta, vuelve a las personas menos capaces de afrontarla, lo que genera problemas de salud mental, siendo el insomnio uno de ellos.

Los expertos sostienen que es importante buscar ayuda cuando persisten los problemas para dormir.

 © El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 18/06/2021 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , , , ,

Los trastornos del sueño, efectos de la pandemia

El Día Mundial del Sueño, que se celebra hoy (19 de marzo), coincide con un aumento de los problemas asociados al hecho de que se duerme mal desde que la pandemia de Covid-19 alteró la vida de las personas.

Este evento es promovido cada año por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (en inglés WASM: World Association of Sleep Medicine) y otras organizaciones relacionadas con la temática del dormir.

Desde la aparición del coronavirus el miedo al contagio, la incertidumbre económica, las preocupaciones, el estrés, la ansiedad y también la depresión, han tenido un impacto negativo en la calidad de nuestro descanso.

Pero, además, a estas alteraciones emocionales se suman los cambios de rutinas, el teletrabajo, menor actividad física, mayor aislamiento social y más conexión a dispositivos móviles.

Como consecuencia, los expertos coinciden en diagnosticar que nos cuesta más conciliar el sueño, este es más ligero y nos despertamos durante la noche, lo que provoca más sueño o cansancio a lo largo del día.

Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad, reconoce que en la Argentina se verificó en este tiempo un aumento de las consultas por casos de ansiedad, estrés y depresión. “Pero en todas las demandas hay una cuestión unánime: la dificultad para descansar bien a la noche”, destacó.

La presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Claudia Borensztejn refleja un panorama similar: “La gente tiene angustia, hay algunos pocos que sufren también ataques de pánico, pero en un 95% sufre problemas para dormir. Y no pueden dormir porque están angustiados, tienen miedo”, afirmó.

Diego Golombek, biólogo, divulgador científico y docente argentino, estudia la cronobiología del sueño. ¿Por qué dormimos y por qué no dormimos? “Cuando hablamos de insomnio hablamos de no dormir por completo. Lo que todos tenemos ahora es ‘parasomnia’, problemas en el sueño que puede ser dificultad para conciliarlo o dificultad para mantenerlo”.

El sueño es una necesidad biológica del organismo que permite restablecer durante la noche las funciones físicas y psicológicas esenciales para disfrutar de pleno bienestar al día siguiente.

Por eso, no descansar las horas suficientes o no hacerlo en buenas condiciones acarrea numerosas consecuencias a varios niveles: cansancio, fallos de memoria y de razonamiento, peor humor, irritabilidad, ansiedad, un menor rendimiento en el trabajo o la escuela.

La privación del sueño puede aumentar, incluso, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico, domésticos y laborales.

Dormir mal puede convertirse en un hábito negativo que provoca decaimiento, desinterés, alteraciones en el carácter y, muchas veces, somnolencia durante el día.

Algunos estudios aseguran que las disfunciones crónicas en el descanso nocturno pueden ser la causa de distintas enfermedades, además de provocar discapacidades mentales y, en casos extremos, derivar en muerte súbita.

En general las personas que sufren insomnio no son capaces de mantenerse activas durante el día. Este mal (querer dormir y no poder) puede estar causado por distintos factores, algunos de los cuales requieren de tratamiento médico y psicológico.

Un tercio de la vida la pasamos durmiendo. Eso quiere decir que el sueño ocupa un lugar central en la salud psicofísica. Sin embargo, los trastornos en el descanso son una epidemia silenciosa que afecta cada vez más a las personas.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 21/03/2021 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , , , , ,

El reto de dormir bien en época de pandemia

Varias encuestas y estudios revelan una tendencia: la pandemia está  trastornando el descanso de mucha gente, a quienes les cuesta conciliar el sueño o caen en el insomnio.

Un tercio de la vida la pasamos durmiendo. Eso quiere decir que el sueño ocupa un lugar central en la salud psicofísica. Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que la pandemia ha trastocado esta función vital.

Está claro que la falta de sueño aumenta el malhumor y a la vez dispara una serie de problemas de salud crónicos, entre ellos diabetes, obesidad, hipertensión arterial, enfermedad renal, enfermedades cardiovasculares y depresión.

El sueño es un componente esencial de la función inmunitaria. Si no se satisface la necesidad de sueño del cuerpo, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones, explican los profesionales.

Los factores pandémicos que contribuyen a los problemas de sueño tienen que ver, por ejemplo, con la ansiedad, el estrés y el miedo vinculados con la crisis sanitaria y económica.

El estrés elevado ocasionado por la pérdida de un empleo, las preocupaciones por la salud y el miedo a lo desconocido son motivos por los que las personas informan que duermen poco y mal.

“El principal culpable del insomnio es el estrés”, dice Michael Perlis, director del programa de medicina conductual del sueño del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Perelman (Universidad de Pennsylvania).

El insomnio crónico, que es un trastorno caracterizado por la incapacidad de conciliar o mantener el sueño tres o más veces por semana, se ha multiplicado por efecto de la vulnerabilidad económica y la incertidumbre general.

Hay muchas personas cuya calidad de vida se ha visto amenazada y esto hace que aumenten considerablemente los problemas relacionados con el sueño y el descanso.

El cuerpo y la mente necesitan estar en un “estado más tranquilo” para hacer la transición de la vigilia a la relajación, explica Lisa Medalie, especialista en medicina conductual del sueño (Universidad de Chicago).

Pero el alto estrés dificulta la transición al sueño porque “nos agita y acelera el latido del corazón”. Y si persiste, una persona puede volverse vulnerable al insomnio.

Por eso, los expertos aconsejan hacer ejercicios físicos, consumir comidas bien equilibradas y evitar el uso excesivo de alcohol o estimulantes, al tiempo que recomiendan abordar el estrés y la ansiedad, para poder descansar.

“Las personas se encuentran en un estado de alerta permanente y con una angustia constante que afecta, entre otras cosas, la función del dormir y el descanso”, explicó la psicoanalista Agustina Fernández, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Cabe consignar que para el psiquiatra e investigador Augusto Cury, autor de “Ansiedad, cómo enfrentar el mal del siglo”, la sobrecarga de información falsa y la acumulación de preocupaciones tienen nefastas consecuencias en el bienestar físico y psicológico y pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora. En la era digital, esto está pasando con una intensidad nunca antes vista.

Para garantizar un mejor descanso, los expertos en sueño recomiendan establecer rutinas estrictas, ajustando el reloj biológico. Insisten, además, que es fundamental evitar las pantallas durante al menos dos horas antes de acostarse.

Puede parecer un consejo trivial, pero puede hacer una gran diferencia si se aprende a dejar a un lado los dispositivos y se cambian por una actividad relajante como leer o escuchar música.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 26/01/2021 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , ,

Martin Luther King, una figura ecuménica

El tercer lunes de enero se celebra el Día de Martin Luther King, quien fue galardonado, a los 35 años, con el Premio Nobel de la Paz por su resistencia no violenta a la discriminación racial en Estados Unidos.

Este pastor baptista, uno de los líderes de la larga lucha de los norteamericanos de raza negra por alcanzar la plenitud de derechos, se inspiró en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de desobediencia civil de Henry David Thoreau.

La esclavitud y la segregación han sido una constante en la historia de Estados Unidos. En el siglo XIX la nación se desangró en la llamada Guerra de Secesión, en la que confrontaron el sur esclavista (la Confederación) y el norte abolicionista (la Unión).

Abraham Lincoln, quien lideró el triunfo del Norte, es considerado un héroe nacional, por ser justamente el precursor del fin de la esclavitud, desde el punto de vista institucional.

Pero la obra de Lincoln quedó incompleta. Fue asesinado al terminar el conflicto por un fanático sureño. Además, terminada la guerra de Secesión (1865), que los liberó oficialmente de la esclavitud, las personas de raza negra, como minoría, debieron desarrollar distintas luchas para conseguir los mismos derechos civiles que la mayoría blanca.

La comunidad debió padecer la persecución de grupos de la Confederación, quienes se organizaron en asociaciones secretas y severísimas como el Ku Klux Klan, que se hizo célebre por sus fogatas, cruces ardientes y encapuchados.

En el sur de Estados Unidos la segregación fue una forma de vida aceptada. A principios de la década de 1960, los afrodescendientes se rebelaron contra su situación. En este contexto apareció Martin Luther King, quien lideró varias protestas, aunque postulando la no violencia como uno de los principios fundamentales de la lucha reivindicatoria.

En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes al encabezar una gigantesca marcha sobre Washington en la que participaron unas 250.000 personas, ante las cuales pronunció el discurso hoy titulado “I have a dream” (“Tengo un sueño”), a favor de la paz y la igualdad entre los seres humanos.

“No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia”, dijo en la ocasión King.

En otro párrafo indicó: “Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter”.

Como consecuencia de esa movilización multitudinaria el Congreso de Estados Unidos expidió la ley de derechos civiles en 1964. Y Martin Luther King obtuvo el premio Nobel de la Paz como reconocimiento internacional a su lucha.

Siempre asediado por los segregacionistas blancos, quienes lo consideraban un verdadero peligro, King fue víctima de varios atentados, hasta que, en el año 1968, fue asesinado de un disparo, mientras estaba en la ciudad de Memphis, Estados Unidos, donde participaba de una huelga.

Tras su fallecimiento, el movimiento por los derechos de los afrodescendientes estadounidenses emprendió un camino más abiertamente revolucionario y violento, alejado de la inspiración cristiana y liberal de King, cuya memoria, a pesar de todo, sigue siendo venerada y amada en su patria.

A la vez, la figura de este luchador ha trascendido las fronteras, ya que es considerado en el mundo un destacado defensor de la dignidad humana.

© El Día de Gualeguaychú

 
1 comentario

Publicado por en 22/01/2021 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , ,

El sueño es clave para llevar una vida saludable

Hoy (15 de marzo) se celebra el Día Mundial del Sueño, una fecha que intenta aumentar la conciencia social sobre la importancia de dormir lo suficiente para la salud psicofísica.

Este evento, que es celebrado el viernes anterior al equinoccio de marzo, es promovido por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (en inglés WASM: World Association of Sleep Medicine).

Se cree que la mitad de la población duerme poco y mal y algunas de las patologías más comunes son el insomnio, las apneas, la somnolencia diurna y los ronquidos.

“El sueño es el lujo del pensamiento”, escribió el poeta y dramaturgo francés Jules Renard, para significar que se está hablando de una función cerebral sumamente especial.

Por su lado Jorge Luis Borges pensaba esto: “Dormir, según se sabe, es el más secreto de nuestros actos. Le dedicamos una tercera parte de nuestra vida y no lo comprendemos”.

Por qué dormimos es algo que todavía se está estudiando, según reconoce Luis de Lecea, catedrático del departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Stanford (Estados Unidos).

Aunque el científico aclara que el sueño es importante para la atención, para la memoria, para la actividad, para el bienestar. “Si conseguimos controlar el sueño lo más probable es que tengamos una vida más llena y más productiva”, refirió en una reciente entrevista para el diario ABC (España).

A Lecea, que ha dedicado la mayor parte de su vida a estudiar el sueño, le preocupa el insomnio, un mal todavía sin cura efectiva, y le mueve el misterio que entraña esa “caja negra” que tenemos entre las orejas.

“Hay mucha gente que sufre trastornos del sueño, como el insomnio relacionado con la depresión y la ansiedad, que todavía no tienen cura. Realmente no hay un tratamiento efectivo contra este tipo de insomnio. No sabemos muy bien por qué pasa y estamos obligados a encontrar una solución a este tipo de problemas”, destacó el profesional.

El insomnio es la dificultad para iniciar o mantener el sueño y quienes suelen sufrir este mal hablan lastimeramente de su condición. Como es el caso del escritor húngaro Emil Cioran, quien se quejaba amargamente de no poder conciliar el sueño.

“El sueño hace olvidar el drama de la vida, sus complicaciones, sus obsesiones, cada despertar es un nuevo comienzo y una nueva esperanza. La vida conserva así una agradable discontinuidad, que da la impresión de una regeneración permanente”, escribió.

Según datos de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, en el país un 40% de la población padece trastornos para conciliar el sueño y, además, duerme poco y mal.

No dormir lo suficiente causa muchos problemas que van desde pérdida de la concentración, pasando por el debilitamiento de la memoria hasta provocar accidentes de tránsito o laborales.

“Las personas sanas, que no tienen enfermedades del sueño, duermen mal por pautas culturales, demandas sociales, horarios rotativos o características de su trabajo, ven deteriorada su cantidad y calidad de sueño”, sostiene por su lado el doctor Daniel Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral (Argentina).

La falta de sueño representa uno de los problemas habituales en las personas. Dormir menos horas de lo recomendado induce de manera directa a trastornos fisiológicos y psíquicos, como el estrés o la ansiedad.

El Día Mundial del Sueño este año incorpora el eslogan “Sueño saludable, envejecimiento saludable”, destinado a enfatizar la importancia del sueño en la salud general a cualquier edad.

 

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 21/03/2019 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , ,