Son conocidas las estrategias “antiaging” (antiedad), que intentan detener las huellas de los años. Ahora se le opone el “wellaging” (envejecer bien), que admite una mayor presencia de los signos naturales del paso del tiempo.
El irreversible paso de los años produce un inevitable deterioro corporal. Como la ciencia aún no ha encontrado el mecanismo biológico que detenga el envejecimiento, se ha venido recurriendo a distintos paliativos.
Las marcas corporales que deja el paso del tiempo, el transcurrir de los años, parecen ser un estigma intolerable. Una especie de credencial que condena a las personas adultas a estar fuera de circulación.
La medicina, la genética, la cirugía plástica, el gimnasio, las dietas, la cosmética, son algunas de las tecnologías al servicio de quitarle la marca de los años al cuerpo.
Se habla de antienvejecimiento, antiaging o antiedad. Y con ello se alude a una amplia gama de estrategias y terapias orientadas a revertir en lo posible los signos físicos provocados por el paso de los años.
El antiaging se refiere a cualquier acto susceptible de analizar, controlar y retrasar el proceso de envejecimiento. Aquí se incluyen todo el abanico de tratamientos de tipo cosmético que buscan mejorar el aspecto físico de la persona.
Sobresale, por ejemplo, la cirugía estética, que puede realizarse en cualquier parte de la cara y el cuerpo. Botox, estiramiento de mejillas, cirugía de mentón, modelado del contorno facial, son algunas opciones para el rostro.
En cuanto al cuerpo, existen distintas intervenciones: reducción de abdomen (abdominoplastia), estiramiento de brazos, liposucción, aumento de senos, levantamiento de glúteos, entre otras.
Pero hay un concepto que se opone al antiaging, que deja de lado los estiramientos de la piel y los procedimientos invasivos. Se trata de “wellaging”, que defiende sentirse orgulloso de la edad que se tiene y que se postula como el arte de envejecer de forma natural.
Si bien la propuesta evita los resultados artificiales, acepta todo aquello que ayude a prevenir arrugas, eliminar manchas o mejorar la luminosidad de la piel, siempre que no sea evidente que se recurrió para ello a un tratamiento
Según los voceros de este concepto, con él las personas rechazan los procedimientos quirúrgicos que no aseguran un resultado natural.
Buscan lucir su propio rostro con los signos de la edad disimulándolos de la mejor manera posible, sin estirar la piel de forma invasiva, ni rellenar arrugas aumentando el volumen.
Es una forma de abrazar el paso del tiempo en la piel y tratarlo sin grandes cambios, con ingredientes que aporten los nutrientes necesarios para prevenir los signos de envejecimiento sin que se note de forma evidente.
“Wellaging” es un concepto nacido en Japón, popularizado como “el arte de envejecer bien”.
En opinión de la médica dermatóloga Irene Bermejo, “el tema del envejecimiento siempre fue una preocupación tanto para mujeres como hombres”.
Al respecto, así como pasa con otras modas, apuntó que en medicina estética se pasó de una tendencia artificial a la naturalidad. “Las personas sienten que pueden estar mejor, verse más luminosas y radiantes, pero conservando la naturalidad, y el respeto por las formas individuales de cada uno”, precisó Bermejo.
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