En la jerga propia de Internet, se conoce como meme a un contenido digital de amplia circulación que combina elementos multimedia y que porta un mensaje con fines humorísticos o satíricos.
Circulan por las redes sociales (Instagram, Facebook, TikTok, X, Twicht, YouTube), los sitios de noticias y los portales generalistas. Como los virus que se propagan y buscan un huésped donde alojarse, los memes han colonizado el espacio virtual y el tiempo de los usuarios.
De hecho, la rapidez con la que se pueden extender a escala mundial y su impacto social ha atraído el interés de investigadores y profesionales de la industria de la comunicación. En el área académica, así, se investigan qué son, por qué se propagan por la red y qué rol social cumplen.
El meme se ha convertido en uno de los principales artefactos expresivos de la comunicación por Internet. Son imágenes, animaciones, a veces audios y videos cuya característica es que son simples y breves.
Es decir, tienen un formato liviano y perfecto para la difusión masiva en Internet y en redes sociales. Su contenido proviene normalmente de la cultura de masas: filmes, series de tv, caricaturas o imágenes propias del mundo 2.0 y de Internet.
Se replican y adaptan a nuevos contenidos y contextos, sin perder la esencia de su mensaje. No existe ninguna convención formal respecto de su uso, sino la pura utilización que le dan las personas.
Puede ser visto como un molde en el cual el usuario vacía los contenidos que desea y le permite una difusión rápida, sencilla y divertida.
Hay cierto consenso respecto de que tienen una finalidad clara, que es expresar una opinión, una crítica o una burla, sobre todo en temas álgidos o controvertidos dentro de las redes sociales.
Por lo general los usuarios utilizan este formato para expresar sus sentimientos y desaprobar las conductas de las personalidades públicas (políticos, artistas, deportistas, etc.), por lo que encuentran en estos medios digitales un espacio a través del cual pueden rebelarse contra lo oficial o lo hegemónico.
El meme, en realidad, se ha convertido en un arma para la sátira social. El diccionario de la Real Academia (RAE) define a la sátira como la composición poética u otro escrito cuyo objeto es censurar acremente, poner en ridículo a alguien o algo, como un discurso o dicho agudo, picante y mordaz, dirigido a este mismo fin.
Lo fundamental de los memes, sin embargo, tiene que ver con su circulación. Estas imágenes y animaciones son el día a día de las redes sociales y los envíos de mensajería, a tal punto que existen cuentas y páginas íntegramente dedicadas a producir memes, y millones de usuarios dispuestos a utilizarlos y personalizarlos.
La palabra meme proviene del griego “mimema”, término traducible como “cosa imitada”. Sin embargo, su ingreso al español y a la cultura de masas proviene del inglés, específicamente de la mano del científico británico Richard Dawkins y su libro “El Gen Egoísta” (1976), una obra divulgativa sobre la teoría de la evolución.
En dicho estudio, Dawkins reflexiona sobre las conductas humanas que resultan contrarias al mandato reproductivo de la especie, es decir, aquellas que no contribuyen con el esparcimiento de la información genética del individuo, pero que aun así son comunes y frecuentes en las diversas culturas.
Para ello, Dawkins estableció una unidad mínima de información que se puede transmitir culturalmente, de modo equivalente al modo en que los genes transmiten nuestra información genética. Dicha unidad es el meme.
© El Día de Gualeguaychú