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El valor ético de dar para que otros vivan

14 Jun

“Cada donante de sangre es un héroe”. Con este lema, que apela a la conciencia ética de las personas, se celebra hoy el Día Mundial del Donante de Sangre.

De esta manera se busca promover un cambio cultural en la población, a fin de que incorpore esta práctica como algo habitual, voluntario, solidario y anónimo, en beneficio de alguien que lo necesita, en muchos casos inclusive para continuar viviendo.

La palabra héroe hace referencia a alguien que es reconocido por sus virtudes y hazañas. Suele encarnar los rasgos más sobresalientes de la cultura de un pueblo. Es alguien admirado porque hace cosas que no hace el común.

Por esa razón, de hecho, en algunos mitos el héroe es hijo de un ser divino. Pero en la sociedad moderna estos seres suelen representar un papel menos rutilante, llegándose ha hablar de los “héroes anónimos”.

Propiamente puede ser alguien que haga un gesto en el cual trascienda el propio yo, a contrapelo de una cultura nihilista y egoísta. Y bajo este concepto, se diría que donar sangre remite más allá de sí mismo, hacia alguien que lo necesita.

He ahí el acto heroico que envuelve el hecho de dar: quien lo hace busca salvar al prójimo de la muerte o pretende derrotar a un enemigo poderoso como una cruel enfermedad.

En Argentina, los índices de donación de sangre son bajos y la escasez sigue siendo un problema. La desinformación y la persistencia de algunos mitos atentan contra una práctica que salva vidas.

Pese a que muchos accidentes, hechos médicos imprevistos y múltiples enfermedades, requieren como parte de su tratamiento las transfusiones de sangre, pocos en el país donan en forma espontánea.

Hoy, menos del 5% de la población ofrece su sangre en forma voluntaria. De esta manera, ante casos de emergencia, se suele apelar a las donaciones de los familiares y amigos, aunque a veces se llega tarde.

Vivimos gracias a la sangre, la cual no se fabrica, no se vende y no se compra, sino que se consigue porque se dona. Se cree que bastaría con que el 5% de la población cediese su sangre dos veces al año para que no se tenga problemas de stock.

Es importante el concepto del médico según el cual la sangre sigue siendo, hasta hoy, irremplazable, ya que no existe sangre artificial porque no puede ser reproducida en laboratorio alguno.

Por tanto,  al no existir un sustituto capaz de reemplazar a la sangre, sigue siendo tarea de los seres humanos el producirla y donarla. Todo lo cual realza la importancia ética de donarla voluntariamente y de que existan bancos de sangre.

Sangre es lo que se necesita, por ejemplo, para aquellos pacientes víctimas de accidentes graves, con leucemia o anemia crónica o que deben ser trasplantados del corazón, pulmón, riñón o médula ósea.

“La falta de sangre en Argentina ya es crítica, y la mayor parte de los hospitales y sanatorios se deben manejar con la donación compulsiva, que es exigirle a la familia del paciente que consiga una cantidad determinada de donantes para poder realizar una intervención”.

Eso declaró no hace mucho el doctor Santiago Pavlovsky, director científico y médico dela Fundaciónpara Combatirla Leucemia(Fundaleu), para quien el problema argentino de falta de donantes de sangre tiene que ver con la educación.

Quizá existan pocas acciones más significativas a favor del prójimo que donar sangre. Es un gesto que tiene un profundo contenido antropológico, en el cual el ser humano va más allá de sí mismo.

Donar sangre es salvar vidas, que es lo que suelen hacer los héroes, no aquellos movidos por la fama sino por el sentido humanitario.

© El Día de Gualeguaychú

 

 
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Publicado por en 14/06/2012 en Uncategorized

 

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