RSS

La estrategia de Occidente de atacar la moneda rusa

06 Mar

Rusia ha sufrido la embestida de las nuevas sanciones occidentales, que ponen en el punto de mira al Banco Central ruso, lo que se ha traducido en el desplome de casi un 30% del rublo.

La devaluación de su moneda obligó a Moscú a tomar una batería de medidas económicas para asegurar la estabilidad financiera. El Banco Central de Rusia, por caso, aumentó las tasas de interés de 9,5% a 20% para compensar la rápida depreciación del rublo.

Para los rusos, el tipo de cambio rublo-dólar ha sido durante mucho tiempo un tema delicado. En la década de 1990, tras el colapso de la Unión Soviética (URSS), el dólar era la única moneda fuerte en la que los rusos guardaban sus ahorros: la apuesta más segura estaba debajo del colchón.

Sin embargo, durante la década siguiente, varias medidas de su Banco Central ayudaron a tranquilizar a los ciudadanos sobre el rublo. Pero cada vez que hay incertidumbre, los rusos corren al cajero automático más cercano para retirar dólares o euros.

Y esta vez no ha sido diferente. Tan pronto como se desató la invasión del gobierno de Moscú a Ucrania el 24 de febrero, los rusos acudieron en masa a los cajeros automáticos, para retirar sus depósitos bancarios.

Muchos sacaron los ahorros en moneda extranjera, pero los dólares y los euros comenzaron a agotarse un par de horas después de la invasión. Desde entonces, han estado disponibles cantidades muy limitadas de esas monedas y hay un tope en la cantidad de rublos que se pueden sacar.

Hoy en día, cuando el poder adquisitivo del rublo cae considerablemente, los consumidores en Rusia están encontrando que cada vez pueden comprar menos con su dinero. En términos reales, se han vuelto más pobres.

Una inestabilidad económica así podría azuzar la insatisfacción popular e incluso ocasionar agitación. Justamente a eso apuntan las medidas económicas de los gobiernos de Occidente, que en lugar de enviar tropas a Ucrania para defenderla, han decidido atacar frontalmente a la moneda del país agresor, Rusia.

Hasta ahora la estrategia de los aliados occidentales consistió en debilitar las reservas del Banco Central de Rusia, inmovilizando sus activos convertibles (monedas de otras naciones y oro) que Rusia ha acumulado en bancos occidentales.

Gran parte de ese dinero el gobierno de Vladimir Putin lo fue atesorando mediante ventas de petróleo y gas a Europa y a otros importadores de energía.

Michael S. Bernstam, investigador en la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, comenta que a pesar de que el Banco Central de Rusia es dueño de esos activos, ahora no los controla.

Según su explicación, la entidad rusa tiene alrededor de 640.000 millones de dólares en reservas de divisas en papel, o más bien, en depósitos electrónicos. Pero una gran parte de ese dinero no se halla en bóvedas ni en instituciones financieras rusas, sino que lo guarda en bancos centrales y comerciales en Nueva York, Londres, Berlín, París, Tokio y en otros lugares del mundo.

En los países como Rusia, donde la moneda no es tan estable, resulta crucial contar con la capacidad de convertirla a una más sólida y de confianza, como el dólar o el euro.

Eso evidencia que la moneda nacional -en este caso, el rublo ruso- tiene valor. Si se socavan las reservas de divisas extranjeras que lo respaldan, que garantizan que los hogares y las empresas puedan convertir sus rublos siempre que así lo quieran, entonces la moneda doméstica se deprecia.

Los analistas creen que si el rublo colapsa podría traer inflación severa (hiperinflación) y empeorar una recesión en ciernes.

© El Día de Gualeguaychú

 
Deja un comentario

Publicado por en 06/03/2022 en Uncategorized

 

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , ,

Deja un comentario