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El uso metafórico de la palabra virus

03 Feb

Omnipresente en el lenguaje público a causa de la pandemia, el término de origen latino “virus”, que  significa veneno o ponzoña, ha ido mutando del mundo de las enfermedades a otros ámbitos, como la expresión “virus informático”.

Esta “mutación” obedece a la capacidad del pensamiento humano de construir nuevos significados a través de la metáfora, una figura que durante mucho tiempo fue vista como un adorno de la retórica (una simple sustitución de palabras con fines estéticos), pero cuyo valor cognitivo ha sido reivindicado recientemente.

En efecto, en lugar de atender a la metáfora como producto de la actividad artística (o “desviación” del sentido literal) se ha caído en la cuenta que es un procedimiento básico de nuestra manera de pensar.

En el mundo de habla hispana uno de los filósofos que reflexionó sobre el tópico fue José Ortega y Gasset, para quien la metáfora no es un fenómeno meramente lingüístico sino que concierne a la categorización conceptual de nuestra experiencia vital.

“Cuando el investigador descubre un fenómeno nuevo, es decir, cuando forma un nuevo concepto, necesita darle un nombre -razona Ortega-. Como una voz nueva no significaría nada para los demás, tiene que recurrir al repertorio del lenguaje usadero, donde cada voz se encuentra ya adscrita a una significación. A fin de hacerse entender, elige la palabra cuyo usual sentido tenga alguna semejanza con la nueva significación. De esta manera, el término adquiere la nueva significación al través y por medio de la antigua, sin abandonarla. Esto es la metáfora”.

Así, la palabra virus, con la que los científicos nombran a microorganismos que se introducen en las células y las infectan -causando numerosas enfermedades-, ha sido empleada metafóricamente para comprender otros fenómenos.

Aquí la etimología de la palabra nos dice sobre su semántica, el espectro completo de conceptos que pretende abarcar. Veneno líquido que fluye, se esparce con facilidad, su efecto es agresivo y difícil de detener, en algunos casos es fulminante. 

Son estas propiedades semánticas las que hicieron perfecta a la palabra virus para describir las patologías que se replican dentro del cuerpo y se esparcen a través del mismo.

Pero la “viralidad” es fecunda en significado cuando se aplica más allá de su sentido primario, vinculado a la biología y la enfermedad. Se habla metafóricamente, así, de “virus informático”.

El término virus saltó al mundo de la informática cuando Fred Cohen creó un software que se autoreplicaba y extendía a través de un sistema adhiriéndose a los programas dentro de este como forma de atacar los sistemas de seguridad de computadoras.

Esa fue la primera instancia de democratización de la palabra, cuando dejó de ser exclusiva del ethos médico y científico, y comenzó a colarse en el lenguaje que usamos todos los días. 

Se diría, entonces, que el virus “mutó”: de provocar enfermedades que en los organismos vivos, devino en una patología que atacaba a los ordenadores. Se consumó así el milagro de la metáfora, sobre la base de una semejanza vinculada a la toxicidad y su efecto agresivo.

La otra cualidad semántica de “viral” se vincula a su rápida propagación. Y es entonces que puede aplicarse para describir la veloz difusión de la información en la actualidad.

Un “contenido viral”, así, es aquel que se difunde de forma multitudinaria y veloz en Internet, ya sea a través de redes sociales, correo electrónico, mensajería instantánea, y otros medios.

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 03/02/2021 en Uncategorized

 

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