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Hipertexto, lenguaje de la nueva cultura

17 Mar

Cada medio representa un lenguaje que ha modificado la comunicación humana, y por esta vía la totalidad de la cultura. Las tecnologías digitales, así, han introducido la experiencia del “hipertexto”, de gran impacto cognitivo.

Marshall McLuhan enseñó que las tecnologías no sólo transforman el mundo sino que también influyen en la percepción que tenemos de ese mundo. “Primero modelamos nuestros instrumentos, después ellos nos modelan a nosotros”, escribió.

Los cambios ocurridos en el ecosistema mediático, a partir sobre todo de la instalación de Internet en el centro de la escena cotidiana, al alterar la forma de comunicarnos,  muta a la vez el modo de interpretar el mundo.

Los estudiosos de la cultura que está creando la digitalización (a la que algunos llaman “cibercultura”), vienen hablando hace tiempo de la dimensión hipertextual que ofrecen las nuevas formas de comunicación.

No hay escrito que trate sobre los temas contemporáneos donde no aparezca mencionada esa metáfora, la cual se ha convertido en una suerte de tópico obligado, cuyo significado no obstante resulta algo inasible.

Si en los años ‘60 todo era “signo”, y se pusieron en boga los estudios semiológicos,  desde hace un tiempo lo que captura la atención del mundo académico, dentro del área del conocimiento de la trilogía medio-lenguaje-cultura, es el hipertexto.

Entre las muchas definiciones disponibles del concepto, se puede mencionar ésta: “Textos disponibles en la red que tienen enlaces que se direccionan a otros documentos. La información se muestra de tal manera que los usuarios pueden pasar de un tema a otro sin un orden pre-establecido a través de hipervínculos”.

George Landow, profesor de literatura inglesa de la Brown University, y reconocido teórico del tema, sostiene que el hipertexto cambia radicalmente las experiencias a las que se refieren los términos leer, escribir y texto.

El hipertexto, dice, atomiza al texto de dos modos: 1) elimina la linealidad de la imprenta, liberando a cada párrafo de una colocación dentro de un orden secuencial y amenazando con transformar al texto en un caos.

2) destruye la idea de un texto unitario y estable. Esta pérdida de autonomía y unidad por parte del texto conlleva a una remodelación de los roles tradicionales del autor y del lector, donde el primero cede parte de su poder al segundo.

Detrás del concepto se ha suscitado una batalla ideológica, según cuenta   Nicholas Carr en su libro “¿Qué está haciendo Internet con nuestra mentes?”, donde hace mención a los partidarios entusiastas del hipertexto.

Al derrocar la autoridad patriarcal del autor, transfiriendo poder al lector, el hipertexto aparece como una “tecnología de la liberación”. Sobre todo para algunos teóricos que ven en Internet un sujeto de la revolución en el siglo XXI, así como Carlos Marx vio al proletariado en el siglo XIX.

Carr sin embargo cita trabajos empíricos que ofrecen un panorama más sombrío sobre los efectos cognitivos de los hipertextos. En ellos se dice, por ejemplo, que descifrarlos es una actividad que incrementa sustancialmente la carga cognitiva de los lectores. Y por esta vía se debilitaría la capacidad de comprender y retener lo que se está leyendo.

El formato multimensaje que ofrecen las tecnologías digitales, en suma, está impactando en nuestro pensamiento, y al hacerlo está modificando nuestro modo de ver el mundo y de actuar en él.

 

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 17/03/2014 en Uncategorized

 

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