EL DEBATE CALIENTE QUE SE VIENE EN LA PROVINCIA
Cómo frenar el rojo previsional entrerriano
El gobernador Bordet ya lanzó el debate para una reforma del régimen jubilatorio, cuyo déficit crónico compromete las finanzas provinciales y encima muestra irritantes privilegios. ¿Cómo se llegó hasta acá?
Por Marcelo Lorenzo
Desde hace años se sabe que la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Entre Ríos no sólo paga más de lo que recauda. Lo más grave es que por su tamaño y por su dinámica de crecimiento, es estructuralmente inviable.
De hecho, el desequilibrio financiero de este sistema es el que explica, en gran medida, el déficit de las cuentas provinciales, configurando su Talón de Aquiles, su lado más débil.
Las nuevas circunstancias políticas, producto del cambio en la relación de fuerzas operado en el país desde diciembre de 2015, puso sobre la superficie lo que se mantenía oficialmente escondido: la precariedad fiscal y financiera de la Provincia de Entre Ríos.
Hace poco el gobernador Gustavo Bordet (FpV), luego de dos años de gestión, se vio obligado a hacer una sugestiva autocrítica sobre los gobiernos peronistas-kirchneristas que le precedieron, al revelar que cuando asumió en diciembre de 2015 se encontró con una «provincia fundida».
Y es el propio mandatario quien ya comisionó al presidente de la Caja de Jubilaciones, Daniel Elías, para que abra un debate profundo con gremialistas y legisladores para atacar resueltamente el rojo financiero de esa estructura, hasta aquí un tema tabú en la provincia.
La Caja paga anualmente 18.000 millones de pesos en haberes previsionales. Pero alrededor del 30 % de ese monto, es decir unos 5.000 millones, debe ser cubierto por aportes externos tanto del Tesoro General de la Provincia como de la Nación a través de la ANSES.
Según datos oficiales, el gobierno federal aporta actualmente alrededor de 100 millones de pesos todos los meses. Desde la Casa Gris se pretende que ANSES convalide el pago de 876 millones de pesos correspondientes al año 2017 y la friolera de 1.300 millones para el ejercicio 2018.
Ahora información sensible sobre el estado de la Caja empezó a trascender a la opinión pública entrerriana, que en las últimas semanas se enteró, por ejemplo, de la irritante existencia del pago de jubilaciones de 250 mil pesos.
“Hay que terminar con los privilegios jubilatorios. No puede haber jubilados con sumas exorbitantes y algunos que apenas les alcanza para vivir”.
Esta frase no fue dicha por ningún dirigente sindical ni de la oposición política sino por el propio gobernador Bordet en febrero de este año, durante la apertura de sesiones de la Asamblea Legislativa.
Resulta que el sistema previsional entrerriano -defendido desde la retórica por políticos y sindicalistas como expresión de cobertura igualitaria- muestra irritantes desigualdades, de esas que suelen atribuirse al mentado “neoliberalismo”.
En lo más alto de la pirámide una elite privilegiada de altos burócratas cobra jugosos haberes previsionales que van desde los 100 y 150 mil a los 250 mil pesos, mientras que en la base una amplia mayoría percibe montos varias veces menores que esas cifras (23 mil pesos en promedio).
“Tenemos jubilaciones de hasta 250 mil pesos en Entre Ríos y en eso tenemos que focalizar. Además, puede suceder que un funcionario determinado tenga una jubilación de este monto y que a la vez su pareja tenga también una jubilación de privilegio, por lo que al quedar viudo pasaría a cobrar 350 mil pesos entre las dos prestaciones, por mes”, reconoció Elías en diálogo con Canal Nueve Litoral.
El funcionario indicó que “1.200 jubilados se llevan, como prestación, arriba de 150 millones de pesos del presupuesto provincial. Es decir que tienen un haber mensual promedio superior a 115 mil pesos”.
En otra entrevista Elías señaló que “en Entre Ríos tenemos jubilados o pensionados con exceso de suficiencia ganando 10 o 15 veces más que otros al mismo tiempo, y si son beneficios que se acumulan con una pensión, hay personas que cobran 25 veces más que otras”.
Son parte del grupo privilegiado los jubilados del Ente Provincial de la Energía (EPRE), del Poder Judicial, del Tribunal de Cuentas, ex legisladores y ex funcionarios de la gobernación.
AUTONOMÍA DESEADA
¿Por qué este apuro ahora por sanear la Caja de Jubilaciones? ¿Qué apremia hoy al gobierno provincial? Se pueden tejer al respecto varias especulaciones y una de ellas es de índole política.
Según trascendió, Bordet quiere conseguir autonomía económica frente al gobierno de Mauricio Macri, para presentarse como un opositor solvente dentro del armado del “peronismo federal”.
Y la razón es bastante obvia: el gobierno peronista de Entre Ríos no puede pagar los sueldos a fin de mes sin el auxilio constante de la Casa Rosada.
“La provincia sigue siendo deficitaria. Tenemos un déficit de 600 millones (de pesos) mensuales. Esto es lo que nos falta todos los meses para cerrar los números”, describió hace poco Edgardo Kueider, secretario general de la Gobernación de Entre Ríos
“No tenemos muchas opciones para salvar esto en términos financieros: lo hacemos pidiendo adelantos de la coparticipación, recurriendo a endeudamiento externo a la menor tasa posible. Esto último tratamos de evitarlo al máximo, como la emisión de Letras”, refirió.
En esencia, el alto funcionario reconoce que la situación financiera de la Provincia es delicada, ya que vive de dos pulmotores: los adelantos de coparticipación del gobierno nacional y el endeudamiento con el sistema financiero.
FALLA ESTRUCTURAL
Los estudios técnicos indican que el sistema previsional entrerriano lleva el déficit en sus genes, es decir que está armado de tal modo que nunca podría ser sustentable.
Según este análisis, hay una incompatibilidad estructural entre las reglas de beneficio del sistema por un lado (edad de jubilación, años de aporte, cálculo del haber inicial, reglas de movilidad y requisitos para pensionarse), y las reglas de financiamiento por otro (alícuotas de aportes, salario imponible y fuentes alternativas de recursos).
Por lo pronto la relación entre los aportantes al sistema (251.489 agentes) y sus beneficiarios (51.132 jubilados + pensionados + leyes especiales) está por debajo de lo razonable y se está deteriorando.
Se arriba a esta situación porque hay una dinámica expansiva estatal que aumenta por encima del crecimiento vegetativo de la población entrerriana. Y por lógica la tasa de jubilaciones se expande a igual ritmo que la burocracia estatal.
El presidente de la Caja lo reconoce con estas palabras: “El mayor impacto que tenemos hoy por hoy es la cantidad de gente que se jubila. Y esto habla de que hubo una especie de descontrol en el ingreso de los trabajadores al Estado en cierta época”.
Y agregó Elías: “Hoy tenemos un oleaje importante de gente que se jubila, y esto es consecuencia de que muchos empleados públicos han ingresado de manera desordenada a la administración pública”.
PARAÍSO PREVISIONAL PARA POCOS
¿Por qué un grupo selecto de burócratas cobra jubilaciones de privilegio en Entre Ríos? ¿Cómo es que la seguridad social provincial le crea un paraíso previsional a una minoría que accede a él merced a su cercanía con el poder de turno o a su capacidad corporativa de presión?
La periodista Virginia Dallacaminá, en un artículo aparecido en la página web del diario “El Entre Ríos”, informa que un ex presidente del Tribunal de Cuentas cobra 250 mil pesos de jubilación, un ex gobernador 100 mil pesos, y un ex vice 90 mil pesos, en tanto que ex senadores y ex diputados se llevan alrededor de 100 mil pesos.
Y a propósito también se pregunta: “¿Es justo que la comunidad de aportantes –hoy 251.489 personas- tenga que mantener los altos valores que cobran los más aventajados del sistema, casi dos mil personas, sobre un total de 39.195 jubilados del Estado provincial?”
Una explicación plausible es que en Entre Ríos –como ocurre también en otras provincias- gobierna una oligarquía política muy celosa de sus intereses, vinculados estrechamente a aparatos partidarios.
Oligarquía significa el control del gobierno en manos de unos pocos para su exclusivo provecho. En este caso aparece enquistada en el aparato estatal, desde donde distribuye recursos y empleos públicos como un medio de sustentar su poder.
El sociólogo alemán Robert Michels escribió a principios del siglo pasado un opúsculo sobre los partidos políticos en el que enunció la famosa “ley de hierro de las oligarquías”.
Según Michels, las organizaciones (como las estatales) son necesarias porque constituyen el único medio para llevar adelante una voluntad colectiva. La organización es el arma de los débiles en su lucha contra los fuertes.
Sin embargo, este principio de organización, políticamente necesario, trae consigo otro peligro: con el paso del tiempo toda organización se volverá burocrática y quedará presa de una elite que la utilizará en su provecho.
El Estado, de tal suerte, aparece como fuente de renta de una oligarquía que hábilmente se remunera a sí misma construyendo nichos de privilegio en la propia burocracia estatal.
© El Día de Gualeguaychú