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La guerra ya no es la de antes

10 May

De acuerdo a lo que se está viendo en las guerras de Ucrania y en el Medio Oriente, los conflictos bélicos responden a un patrón que difiere sustancialmente de los anteriores.

En las guerras mundiales, el combate cuerpo a cuerpo y el despliegue masivo de tropas eran comunes debido a las limitaciones tecnológicas de la época.    Sin embargo, en la guerra contemporánea, el desarrollo de armamento avanzado, como drones, misiles de precisión y sistemas de armas automatizados, ha cambiado la naturaleza de los enfrentamientos.

Las operaciones militares ahora pueden ser realizadas a larga distancia con un alto grado de precisión, reduciendo la necesidad de un despliegue masivo de tropas en el campo de batalla.

Según los expertos, son varios los cambios que se han producido en las últimas décadas que hacen más compleja y de una naturaleza atípica las acciones bélicas.

Por lo pronto el elemento diferenciador es el tecnológico. La introducción de armas avanzadas, como drones, ciberataques, y armas nucleares, ha modificado radicalmente el hecho bélico, haciéndolo más letal y destructivo.

Cabe agregar que los avances tecnológicos en el campo armamentístico han planteado cuestiones éticas y morales complejas sobre la guerra.

Desde el punto de vista militar, este nuevo paradigma tecnológico ha traído consigo un cambio en las estrategias de guerra, más vinculadas a una cuestión de ingenio y adaptabilidad, un ajuste que puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota.

Las operaciones en el ciberespacio han añadido una dimensión completamente nueva a los conflictos. Los ataques cibernéticos pueden ser utilizados para desestabilizar infraestructuras críticas (energía, comunicaciones, etc.), influir en la opinión pública y socavar la seguridad nacional sin necesidad de desplegar tropas en el campo de batalla tradicional.

El contexto geopolítico, en tanto, es otro en relación con el siglo XX. Ocurre que la globalización ha interconectado a las naciones de formas nunca antes vistas.

Esto significa que los conflictos pueden tener ramificaciones internacionales más amplias y complejas, con múltiples actores involucrados en diferentes niveles.

Por otro lado, la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamas en Gaza (Medio Oriente), tiene la particularidad de que no es un enfrentamiento entre ejércitos regulares, sino entre un grupo insurgente, en este caso el palestino, que opera como una guerrilla contra el Estado judío.

La estrategia de Hamás que desafía a Israel se inscribe dentro de las llamadas “guerras asimétricas”, en las que los terroristas operan de manera más dispersa y utilizando tácticas no convencionales, como ataques suicidas, atentados con bombas, secuestros y guerrillas urbanas.

Existe una legislación internacional que regula los actos de guerra entre Estados, que se basa principalmente en el derecho humanitario, también conocido como derecho de la guerra o derecho de los conflictos armados.

Sin embargo, cuando se trata de grupos insurgentes que atacan a un Estado en particular, la situación se vuelve más compleja debido a la naturaleza no estatal de uno de los actores.

Los insurgentes no están reconocidos como entidades soberanas en el sistema internacional y, por lo tanto, no están sujetos a las mismas obligaciones legales que los Estados.

¿Significa esto que estos grupos están eximidos de respetar normas fundamentales del derecho de guerra, como la prohibición del secuestro de civiles o el uso de ellos como escudos militares?

© El Día de Gualeguaychú

 
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Publicado por en 10/05/2024 en Uncategorized

 

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