Hoy (8 de abril) es el Día Internacional del Pueblo Gitano, una etnia sin Estado, distribuida en todo el mundo y que ha sido objeto de discriminación y persecución secular.
Esta fecha fue instituida para favorecer el conocimiento de esta comunidad y combatir los estereotipos y prejuicios negativos hacia ella. Y recuerda el Primer Congreso Mundial romaní/gitano celebrado en Londres el 8 de abril de 1971, en el que se crearon su bandera y su himno.
Si hay algo que caracteriza a este mítico grupo cultural es el nomadismo. Poder desplazarse libremente por el mundo sigue siendo su mayor ambición, desde que en el siglo X, a raíz de las invasiones musulmanas, emigró del Punjab, en algún lugar entre los territorios de India y Paquistán.
El nomadismo gitano no termina de tolerarse en la Europa que fue cuna del nacionalismo (nazismo y fascismo). No se acepta que en 10 siglos de existencia los gitanos nunca tuvieran un territorio, porque nunca aspiraron a un Estado nacional.
Uno de los episodios más terribles y olvidados del nazismo fue la limpieza étnica a la que sometieron a los gitanos, encerrados en los campos de concentración, esterilizados y masacrados. Se calcula que las tres cuartas partes de los gitanos que vivían en Alemania fueron asesinados por el Tercer Reich.
Los reportes europeos hablan de los males que hoy pesan sobre esta minoría de 12 millones de personas en Europa –la más importante del continente- y al respecto se acumulan las historias de deportaciones y agresiones físicas.
La patria remota de los gitanos está en el noroeste de la India, en la zona de Punjab y el Sinth, de donde emigraron en oleadas sucesivas, sobre todo a partir del siglo X.
Llegaron a Europa a través de Armenia, Grecia, Siria, Palestina, y el sur de Turquía. Como esta última zona era llamada “el pequeño Egipto”, se los llamó egiptanos.
De allí deriva el nombre de gitanos, aunque ellos se llaman a sí mismos el pueblo rom o rhom, que significa “hombre que hace música”.
Actualmente, este pueblo está disperso en cuatro continentes –Asia, África, Europa y América- y reúne de 15 a 20 millones de personas. Por lo general, los gitanos sobreviven en las afueras de las ciudades, en condiciones de vida paupérrimas.
Según UNICEF, el 84% de los gitanos en Bulgaria, el 88% en Rumania y el 91% en Hungría viven por debajo del umbral de la pobreza.
En Argentina hay alrededor de 300.000 gitanos. La mayoría vive en casas, aunque culturalmente les gusta vivir en carpas. Y algunas estadísticas refieren que su situación socioeconómica no es homogénea: algunos viven bien y otros no tanto.
Un artículo publicado en 1987, en la revista “Todo es Historia”, refiere que en nuestro país hay grupos distintos de gitanos. Unos son los rusos (de origen yugoslavo, griego, soviético, alemán, italiano, húngaro y búlgaro).
Está también el grupo de los rumanos, de Transilvania, Moldavia y Valaquia. Por otro lado, están los gitanos de España, proveniente mayormente de la provincia de Andalucía.
Se trata de un pueblo nómade por instinto y muy celoso de sus tradiciones y costumbres, que se aprecia en la vestimenta de sus mujeres. Es una de las pocas naciones sin Estado que existen en la actualidad, cuya existencia está garantizada por un sentimiento de pertenencia de índole étnica.
La Asociación Identidad Cultural Romaní de la Argentina (Aicra) ha denunciado en varias oportunidades la discriminación que sufren los gitanos en el país, generalmente acusados de robos o involucrados en hechos criminales.
© El Día de Gualeguaychú